Gilberto Pozo, director de Conservación de la Biodiversidad del Usumacinta (Cobius), dijo que es necesario realizar una evaluación pormenorizada de la población de monos saraguatos del Zoológico “Miguel Álvarez del Toro” (ZooMAT), esto ante la reciente muerte de un ejemplar en una colonia cercana a dicho lugar.
El especialista puntualizó los recursos alimentarios, forraje, cantidad de ejemplares machos y hembras, así como tasas de reproducción, como algunos de los elementos necesarios para hacer dicho diagnóstico y que sirva para pensar si son necesarios para una traslocación o no.
Evitar incidentes
“Entre que son peras o manzanas, CFE -Comisión Federal de Electricidad- debería recubrir toda la infraestructura eléctrica alrededor del ZooMat, para evitar precisamente este tipo de incidentes”, expuso.
También habló sobre la falta de un grupo de reacción especializado para la atención de estos primates, lo que hace más complicado su manejo fuera del espacio considerado dentro del zoológico.
Por tanto, pese a comunicarles a los vecinos cercanos al ZooMAT, deben seguirse una serie de rutas urgentes para identificar la magnitud del problema y evitar se acumulen más decesos.
Importancia
Pozo visibilizó también la importancia ecológica del mono saraguato como un dispersor de semillas y regenerador de las selvas. Su papel es clave para el equilibrio del ecosistema por varias razones: se alimentan principalmente de frutas y hojas. Al consumir frutas, ingieren semillas que luego dispersan a través de sus heces. Esto contribuye a la regeneración del bosque y a mantener la diversidad vegetal, facilitando la reproducción de muchas especies de plantas.
Ayudan a regular la vegetación debido a que su dieta folívora (consumo de hojas) controla el crecimiento excesivo de ciertas plantas, evitando que algunas especies dominen el ecosistema y permitiendo un crecimiento más equilibrado. Además, al dejar restos de frutas, hojas o al mover ramas y hojas al desplazarse, los saraguatos contribuyen indirectamente a crear hábitats y recursos para insectos, aves y otros animales más pequeños.
Por último, los saraguatos son sensibles a la deforestación, la contaminación y la fragmentación del hábitat, su presencia o ausencia puede ser un indicador biológico del estado de salud del ecosistema.