Niluyarilo: la flor que acobija al niños Dios

Niluyarilo: la flor que acobija al niños Dios

En las montañas de Chiapas, donde la neblina despierta antes que el sol, florece la bromelia llamada Niluyarilo. Es una flor áspera y luminosa, nacida entre troncos viejos y ramas que tiemblan con el viento frío de diciembre.

Ahí donde el silencio parece rezar, comienza cada año la travesía de los penitentes que la buscan.

Peregrino

Al respecto, Tomás Nigenda, patrón de los floreros, agrega: “son peregrinos, sí, pero también guardianes de una tradición que no se escribe en papeles, sino en pasos, en cansancio y en fe”.

“Salimos desde Chiapa de Corzo, llevando la promesa de un pueblo: traer de vuelta la flor que cobija al niño Dios. Caminamos días enteros por senderos espinados, murmurando rezos que se pierden entre los encinos. Cada uno sabe que no se trata solo de cortar una planta, sino de dialogar con la naturaleza, pedir permiso y recibirla con respeto”, cuenta el hombre de 75 años y siendo patrón, más de 30 años.

Tradición de ayer y hoy

Cuando encuentran la flor de Niluyarilo, lo hacen en silencio. La flor cuelga como un secreto antiguo, como un pequeño resplandor que se aferra a la corteza de los árboles.

Los hombres la desprenden con manos firmes, conscientes de que ese instante une siglos de tradición con el presente que habitan.

Es importante mencionar que este domingo cientos de floreros salen con rumbo a la montaña de Mitzitón, en la zona Altos, en busca de la flor sagrada.

Al llegar a Chiapa de Corzo, el pueblo los recoge con gratitud. La bromelia engalana el nacimiento, tiñe el aire con su aroma áspero y anuncia que la Navidad ha abierto sus puertas.