En caso de separación o divorcio, la ley dice que se debe garantizar el derecho de convivencia de los hijos menores de edad, en caso de haberlos; esta refiere que pueden y deben convivir con ambos padres, mientras su integridad no se ponga en riesgo, sin embargo, en muchos casos uno de los progenitores niega las visitas.
Marisela Aguilar Gerardo, abogada y consultora política, comentó que únicamente se puede prohibir a un padre o una madre ver a sus hijos cuando ponen en riesgo su vida, por ejemplo, por alguna adicción o trastorno mental, pero eso debe determinarlo un juez.
Si no hay ninguna atenuante que impida poder convivir a un padre o una madre con sus hijos, es su derecho poder hacerlo. En caso de que exista una sentencia que establezca las visitas para el o la progenitora, no habría ningún motivo por el cual la otra parte lo negara.
De ser así, enfatizó que se debe acudir ante el juez que determinó la sentencia y solicitar que sea a través de su conducto que verifique el asunto. Para ello, mandará a llamar a la otra parte (ya sea el papá o la mamá) quien tenga la guardia y custodia, para notificarle que debe acatar la resolución.
Esto no tiene un efecto jurídico, es decir, no hay cárcel de por medio, pues lo que se hace es conciliar, a menos que se presente otro proceso para quitar definitivamente la patria potestad por alguna razón específica que también debe ser comprobable.
Notificar sobre cambio de residencia
En caso de que el padre o la madre, que tenga la guardia y custodia de los hijos, decida cambiar de residencia a otra ciudad o estado, debe notificar al juzgado donde se realizó el proceso jurídico para que a su vez el otro progenitor sea notificado.
De no hacerlo, quien queda sin el conocimiento del paradero de sus hijos puede acudir ante la autoridad para hacer una búsqueda bajo el entendido que no se califica como secuestro porque se trata de uno de los padres, sino de sustracción de menores.
Es importante acudir inmediatamente ante las autoridades porque de no hacerlo, dijo que podría llegar a tomarse también como un motivo de pérdida de la patria potestad, porque la otra parte puede demandar falta de interés luego de cierto tiempo.