Solos o con familiares —que muchas veces no son sus padres—, cruzan algún lugar de la República mexicana; la celebración del Día del Niño pasa totalmente desapercibida para los pequeños migrantes. En su inocencia, no asimilan la situación que viven, piden un abrazo, alimentos, y un lugar seguro donde poder descansar.
La infancia migrante es uno de los sectores más vulnerables, expuesto a grupos delincuenciales y situaciones de violencia. De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Migración (INM), destacan lo siguiente: a lo largo de 2023 y en lo que va del 2024, se identificó más de 150 mil eventos de menores de edad en situación migratoria irregular en México, cerca de 80 mil eran menores de 11 años de edad y el resto contaba con una edad de entre los 12 y 17 años.
El éxodo de personas en situación de movilidad es complicado; caminan kilómetros bajo un sol abrazador, muchos niños pierden la noción del tiempo; van exhaustos, deshidratados y con los pies destrozados.
La lente de esta casa editorial ha documentado las diversas caravanas migrantes desde el 2018 hasta las que han partido hoy en día, capturando la situación de alta vulnerabilidad que niños y mujeres sufren, sumado a todas las barreras sociales que enfrentan en los lugares de acogida, así como las diferencias lingüísticas, la xenofobia y la discriminación.