No es gentrificación pero sí desplazamiento

No es gentrificación pero sí desplazamientoEntre turismo nacional e internacional, así como el comercio establecido, se quedaron con las viejas casas. Heriberto Ortiz / CP

Desde hace 25 años, los habitantes de San Cristóbal de Las Casas comenzaron a abandonar el centro para convertir sus casas en negocios, ante la presión generada por diversos entornos, emanado de la globalización y el capitalismo.

Pero además del drástico cambio de su dinámica social y cultural, existe una seria amenaza de la pérdida del patrimonio histórico de la gélida ciudad.

Y es que desde siempre, San Cristóbal fue la capital cultural de Chiapas, pero dividida entre el poder y las etnias; ahora se unió la división del centro de la ciudad por intereses turísticos-económicos.

Esto es un proceso llamado gentrificación por unos, pero desplazamiento económico social por otros, por sus características, según coincidieron expertos.

Cronista

Al respecto, el destacado cronista Jorge Alejandro Sánchez, quien describirá las diatribas del cambio de poder de San Cristóbal a Tuxtla Gutiérrez, explicó que este fenómeno es relativamente nuevo y más que con la gentrificación tiene que ver con la decisión de los propios coletos de abandonar sus casas, presionados por el capitalismo.

De unos 25 años a la fecha, habitantes empezaron a construir en otros terrenos, abandonando el centro; esto por dos motivos: la primera razón es convertir sus casas en negocios rentables principalmente para atender al turismo, atendiendo la dinámica del capitalismo mundial que trajo a la ciudad a miles de turistas demandando servicios.

Sobrepoblación

Y la segunda es la incomodidad generada por la sobrepoblación, afectando principalmente familias adineradas habituadas a ciertos privilegios urbanos como estacionamientos y reducidos ruidos.

El también cronista emérito del Poder Judicial explicó que, entre turismo nacional e internacional, así como el comercio establecido, se quedaron con las viejas casas, que fueron principalmente rentadas para negocios comerciales.

Las familias del centro eligieron mayormente habitar las orillas de la ciudad, en las cercanías de los nuevos libramientos o periféricos; mientras que las clases más pobres terminaron en las laderas del norte en algunas colonias irregulares e inseguras, por ejemplo La Hormiga, donde ni la policía se atreve a entrar, aunque ahí hay presencia de personas de otros municipios.

De esta manera, el desplazamiento por razones económicas y la sobrepoblación, además de la pobreza y delincuencia han hecho de la antigua Ciudad Real un pueblo complejo e inseguro.

Costumbres

El cronista finalmente abundó que a finales de los años ochentas, aún se podían percibir las viejas prácticas de la ciudad coleta.

Las señoras que temprano iban a misa se mezclaban con indígenas vestidos con sus trajes típicos, la lluvia casi eterna que se extendía a las tardes. El agua del tubo y de la vasija que amanecían congelados, eran otros tiempos. Ahora ya hasta el clima ha cambiado, ya no se sabe a ciencia cierta si hará frío, llueva o caiga helada. Ya es otra San Cristóbal.

Otro razonamiento a tomar en cuenta, es que la ciudad históricamente establecida sobre un pantano, está regresando a su origen ya que su sistema de drenaje fue superado.

Esto sumó a la desiciones de los habitantes del centro para abandonar esa zona de la ciudad, según expuso el destacado investigador, Martín Mundo Molina.

El Premio Mundial de Ingeniería por la ONU recordó que el túnel en forma de herradura de cinco metros de base y más de tres metros de alto que atraviesa una montaña de San Cristóbal de Las Casas ha sido superado en su capacidad de desfogue, por lo que urge una nueva estructura o la intervención de la misma para evitar nuevas inundaciones que, se advierte, tendrán cada vez mayor caudal.

Agregó que, el túnel construido en 1970 concluyó su vida útil. Y es que fue creado para atender la necesidad de 30 mil habitantes y no los más de 220 mil gentes que ahora habitan la ciudad.

Gentrificación

Conceptualmente, se llama gentrificación al proceso de renovación de una zona urbana, generalmente popular o deteriorada, que implica el desplazamiento de su población original por parte de otra de un mayor poder adquisitivo.

Esto no se cumple en San Cristóbal, según explicó recientemente el urbanista Carlos Morales, quien dijo para el periodista Elio Henríquez: “no aplica en San Cristóbal porque toda la gente del centro tiene una posición media alta, no fueron desplazadas por nadie, ellos decidieron cambiar el uso de algunas viviendas a comercial”.

Plusvalía

Al respecto, el urbanista Joseliny Torres dijo que la gentrificación es un proceso de mejora urbana, que se da generalmente en barrios centrales degradados u otros empobrecidos, estas mejoras incrementan la plusvalía y atrae residentes de más poder adquisitivo lo que incrementa los costos de vida, y termina expulsando a los residentes originales que ya no pueden pagar dichos costes (rentas, alimentos, servicios, etc).

Existen acciones, agregó, que pueden emprenderse para prevenirla u hacer que el proceso retroceda, como la inclusión de los vecinos en los procesos de mejora. Esto es vital, así como el control de rentas por parte del estado y leyes que pongan límites a plataformas como Airbnb.

INAH

Además, en apego a la perspectiva del INAH, el cambio de uso de suelo de habitacional a comercial que ocurre en el centro histórico de San Cristóbal de Las Casas, como en otros centros históricos de México, está generando una dinámica con graves consecuencias económicas, socioculturales y de conservación del patrimonio histórico edificado existente.

Transformación

Algunas zonas dentro de los centros históricos se están transformando por este cambio de uso. Los espacios públicos que normalmente eran utilizados por los pobladores como áreas de convivencia y esparcimiento son readecuados para el disfrute turístico, desplazando a los auténticos depositarios de este patrimonio. Poco a poco hoteles, bares, restaurantes, tiendas y puestos de comercio informal van extendiendo su área de servicio sobre los espacios públicos.

Así, banquetas, andadores y plazoletas se van haciendo parte de una virtual área privada en la que solo los particulares y sus empresas se ven beneficiados por estas medidas al parecer inofensivas y no permanentes.

El desplazamiento de los habitantes del centro urbano hacia la periferia, en aras de una vida alejada del bullicio de las actividades generadas por la actividad turística, genera poco a poco centros urbanos desiertos, carentes de una dinámica de relación entre los propios pobladores con su entorno.

Afectan también a las formas de pertenencia y apropiación de este gran legado histórico edificado por los pobladores, desdibujándose estos elementos de su memoria colectiva.

La falta de actividad en los espacios urbanos por sus habitantes en ciertos horarios, determinados por estos cambios de uso de suelo, los convierten en lugares áridos negados para la convivencia social de sus pobladores. Esto ocurre principalmente al privilegiar el uso comercial en espacios eminentemente habitacionales.

Existe una gran responsabilidad de los arquitectos al adaptar inmuebles históricos que fueron concebidos como recintos habitacionales, a las nuevas necesidades por usos distintos dentro de los centros históricos. Aunque no es una tarea sencilla, se puede lograr un equilibrio en el que se intervenga ética y dignamente este patrimonio cuya transformación acelerada pone en peligro el carácter único de la fisonomía urbana de San Cristóbal de Las Casas.