No habrá dulces con el “tío pelón”

“No tiene precio ver las caras de felicidad y compartir con la sociedad lo que la vida nos ha dado. A fin de cuentas, es para los niños. Ellos son quienes más lo disfrutan y generar ese momento donde se celebra a los muertitos, pero también celebras la vida, es invaluable”, dice el “tío pelón”, Juan Carlos Mendoza Castañeda.

Relata que llevan 20 años con la tradición de dar dulces y empezó como algo tranquilo, pues mientras él salía a pedir dulces, doña Anita se quedaba a repartir en una mesa.

El “tío pelón” describe a su madre como una maestra ejemplar que siempre tuvo grandes detalles para con los niños y puso en alto los actos de compartir y seguir las tradiciones. Entre risas bromea: “Una vez le preguntaron que por qué realizaba el evento, y decía que era porque su hijo mayor había fallecido… Ya después pusimos en el Facebook que sí seguía vivo, que era yo”.

Mendoza Castañeda relata que cuando fue a estudiar a la Ciudad de México, era el encargado de traer los dulces, debido a que salían más baratos.

Y relata: “Una vez, traía las maletas en Mexicana y estaba con exceso de equipaje, y me iban a cobrar una lanota. Le dije: ‘Señorita, si le dijera que estos dulces son para los niños de Chiapas, para un evento tradicional, me la creería y perdonaría’. Cuando vieron que eran puro dulce y le enseñé fotos, hasta los dulces de servicio me los regalaron”.

Al paso del tiempo la tradición fue ganando popularidad. “En un evento recuerdo que llegaron unas personas con mochilas y pantalones caqui y les dije: ‘¿De qué son? ¿De qué vienen disfrazados?’ Me respondieron: ‘No jefe, somos paramédicos, venimos a cubrir el evento’”.

Hace dos años explica que llegaron 30 mil personas de acuerdo al reporte de Protección Civil. “Aquí conté 8 mil 452 niños”, explica, agregando que llegó a comprar más de una tonelada y media de dulces.

Y agrega que tiene apoyo con la empresa que surte dulces, quitándoles impuestos y el transporte. “Es que saben que no es un carácter de lucro o venta, es para algo social y cultural”, indicó.

Afirma que con el tiempo también se volvió una actividad vecinal, pues sus compañeros de Residencial La Hacienda ayudan a la logística y organización; y agrega que el evento se ha acrecentado tanto, que incluso reciben a personas de otros municipios y países, lo que ha causado réplica, pues cada vez son más casas las que acostumbran a ofrecer dulces.

“Ya se acercaron unos amigos de una tienda a preguntar si este año voy a dar dulce, para ver si se preparan, ya les informé que no va a haber, pero que ahorren para el siguiente año”, dice agregando que para la próxima festividad será algo impresionante.

La razón es cuidar a los niños, pues explica que son quienes aún no están vacunados y se encuentran más propensos a contagiarse de covid-19.

El “tío pelón” es un amante de la vida y los animales. Tiene 15 perros, los cuales ha rescatado o simplemente han llegado a él. El escándalo al acercarse a la puerta de su casa puede llegar a ser ensordecedor. Por otra parte, el velador de la colonia relata que últimamente ha escuchado ruidos raros y que por las noches los perros ladran sin razón aparente.

“Yo sólo le digo: ‘Todo está bien tía Anita, no se preocupe usted, ya el próximo año vamos a celebrar como a usted le gusta’”, exclama “el Negro”.