En México no hay un registro oficial de crímenes de odio contra personas lesbianas, gays, bisexuales, trans y no binarias, debido a la falta de reconocimiento jurídico sobre este delito. Sin embargo, gracias a organizaciones civiles que han documentado cientos de casos, se estima que ocupamos el segundo lugar a nivel mundial.
La activista trans Marycarmen Pereyra Vázquez comentó que, a pesar del trabajo de las organizaciones para documentar los casos a través de la cobertura que realizan los medios de comunicación, estableciendo que los asesinatos han existido desde hace décadas y van en aumento, no hay una reforma al Código Penal Federal para tipificar los crímenes de odio.
Desde el 2014, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) emitió un protocolo para la impartición de justicia cuando involucre la orientación sexual e identidad de género, y otro para la procuración de justicia en los mismos factores, pero solo quedando en el papel, porque no se aplicaron en ningún estado, ni se hicieron cursos o diplomados para los funcionarios.
Mencionó que en Chiapas, si bien no hay casos que se hayan hecho públicos de crímenes de odio en lo que va del año, sí se han presentado agresiones y desapariciones en municipios como San Cristóbal de Las Casas, Palenque, Villaflores y Huixtla; en estos dos últimos desaparecieron dos mujeres trans.
A pesar de esto, ningún diputado hasta la fecha ha presentado una iniciativa para tipificar los crímenes de odio.
La activista refirió que la reciente muerte de Jesús Ociel Baena Saucedo, magistrade de Aguascalientes, refleja la falta de capacitación de las autoridades al dar supuestas hipótesis sin terminar la investigación; también de los medios de comunicación al cubrir el hecho, por ejemplo, al escribir su cargo entrecomillado (“ ”), siendo que era legalmente reconocido por un tribunal.
Además, se unió a la exigencia de justicia de todo el movimiento LGBT+ del país para Baena Saucedo, “de que se esclarezca su muerte y no quede como un crimen pasional o accidente, tal y como lo han manejado las autoridades, porque había sido amenazade por altos funcionarios y cientos de personas por su expresión de género”.