Debido a que las grandes empresas anunciaron un aumento de hasta 750 pesos más en la tonelada de harina para el mes de febrero, Alejandro Ricaldi Jiménez, presidente del Consejo de Industriales de la Masa y la Tortilla en Tapachula, informó que esta decisión trae en automático un nuevo incremento al kilogramo de este producto de consumo popular para la población chiapaneca. Lo único que definirá el gremio, en los siguientes días, es la cantidad.
Además, refirió, a inicio de año quedaron definidas nuevas políticas hacendarias que traen como consecuencia un ajuste para la alza en otros insumos; como un ejemplo, la cubeta de antiadherente costaba 2 mil 500 pesos y a partir del 1 de enero su precio se elevó a 2 mil 800 pesos.
Los industriales de la Masa y la Tortilla también detectaron movimientos en otros materiales y maquinarias de hasta un 20 % por arriba de los costos que se tenían en 2021.
En una reunión de trabajo que sostuvieron con representantes de la zona Soconusco y región Istmo-Costa, se acordó que harán una evaluación antes de dar un precio real de cuánto subirá la tortilla. “Necesitamos hacer números para no especular, muchos en el centro del país hablan de dos o tres pesos, pero en esas zonas hay tortilla de 22 pesos el kilo para arriba, en el estado de Chiapas lo más caro es a 20 pesos, dependiendo las regiones”.
Continuó: “No podemos dar un golpe muy fuerte a la economía de la población, además es un producto de consumo popular. Sí necesitamos ser muy justos y reales, no necesitamos hacer un alza especulativa sin tener los elementos necesarios para ver con cuánto salimos, ya no para ganar más, sino para recuperar el aumento en los costos de los productos”.
Por otra parte, Agustín Figueroa Flores, presidente de Tortilleras Unidas Trinitaria, estimó que en algunos municipios (La Trinitaria y Comitán) de Chiapas el aumento a este alimento básico podría oscilar en un peso, es decir, pasaría de 19 a 20 pesos por kilogramo.
Los propietarios de los negocios, dijo, han mostrado un desánimo por todas las afectaciones que se están registrando y que se traducen en que un porcentaje alto de los establecimientos hayan cerrado ante la falta de apoyo institucional.
Por esa razón pidió a los tres órdenes de gobierno el intervenir en este tema; en la parte municipal, detalló, es importante que las autoridades tengan sus reglamentos para regular, emitir permisos y verificar los establecimientos como por igual a los vendedores.
A la parte estatal, explicó el líder del sector, le correspondería la implementación de un programa emergente para proteger a un gremio que brinda un alimento indispensable para los mexicanos. En el rubro federal es primordial que exista un control de los precios y que se mueven a nivel internacional.
Que el precio de la tortilla se mueva a lo largo de un año, explicó Ricaldi Jiménez, depende de los movimientos que presente la harina; desafortunadamente, un 90 % de los industriales depende de ese insumo para la fabricación de este alimento básico. Antes el golpe económico no se sentía tanto, debido a que los aumentos oscilaban en los 350 pesos por tonelada, sin embargo, en los últimos años la situación cambió por completo.