Monseñor Luis Manuel López Alfaro tomó posesión como el noveno obispo de la Diócesis de Tapachula. En su primer mensaje, en presencia del nuncio apostólico en México, Joseph Spiteri, y el gobernador Eduardo Ramírez Aguilar, se pronunció por la construcción de la paz con justicia y dignidad.
En la Catedral de San José, firmó la carta de recepción de fe, mientras que en las instalaciones del Seminario Menor, en una ceremonia eucarística, recibió el nombramiento que le fue otorgado por el papa Francisco el pasado 9 de abril y el báculo que lo acompañará en su trabajo episcopal para “dirigir con sabiduría” esta región diocesana.
Cientos lo acompañaron
Cientos de fieles católicos le dieron la bienvenida con la esperanza de un mejor porvenir, ante los problemas que todavía enfrenta la región del Soconusco, Costa y Sierra, con problemáticas como la pobreza, la migración y la inseguridad, según dijo la representante de los laicos, Anita Mendoza Cruz.
El representante del Vaticano en México, Joseph Spiteri; el cardenal Felipe Arizmendi Esquivel; el arzobispo Leopoldo González González; los obispos de diversas diócesis mexicanas Rodrigo Aguilar Martínez, Domingo Díaz Martínez y Adolfo Miguel Castaño Fonseca, así como el obispo de San Marcos, Guatemala, Bernabé Jesús Sagastume Lemus, fueron testigos de la toma de posesión de monseñor López Alfaro.
En su primer mensaje, el líder católico diocesano hizo un llamado a trabajar por la paz: “vamos a caminar juntos, con los pies en la tierra, como me enseñaron mis hermanos de San Cristóbal de Las Casas y con el corazón de pastor, con sus comunidades”.
Asimismo, aprovechó la presencia de las autoridades civiles y del gobernador para hacer un llamado a la reconciliación. “Queremos traer la paz, porque -nos decían-, por aquí no pasaba ni el aire; ahora es distinto, pero hay mucho que trabajar”, dijo.
“La construcción de la paz con dignidad y con justicia es de todos. No somos enemigos, ni tenemos partido ni colores; somos hermanos y nos duele cuando el pueblo sufre”, indicó.
También hizo un reconocimiento y agradeció al “Padre Pino” -Agripino Méndez Victorio-, quien durante varios meses fue el administrador diocesano.
“A la familia de Tapachula, gracias por recibirnos con tanto calor y les agradezco y pido su oración para cada uno de los servidores de la Iglesia”, refirió.
El representante del Vaticano en México, Josep Spiteri, pidió al nuevo obispo de la Diócesis de Tapachula a permanecer firmes en la fe y a “no dejar de interceder por nuestro pueblo ante Dios, además de vivir el evangelio con sencillez”. Asimismo, le llamó a que la unidad prevalezca en toda la región diocesana.