Obispo llama a la reflexión durante la Cuaresma

La Cuaresma para los cristianos inicia con el Miércoles de Ceniza y concluye el jueves 28 de marzo. Es tiempo de reflexión, arrepentimiento y conversión, el cual tiene una duración de 40 días.

Sirve como preparación para la conmemoración de Semana Santa y en la que la Iglesia Católica pide a los fieles ayunar y la abstinencia durante algunos de los días de este periodo.

Durante la Cuaresma los fieles se sumergen en un tiempo de sacrificio y renuncia a través del ayuno, que es la privación voluntaria de alimentos durante un periodo de tiempo determinado; mientras que la abstinencia consiste en la no ingesta de determinados alimentos en particular y para ello hay normas para su correcta ejecución buscando fortalecer la relación con Dios a través de la oración, el arrepentimiento y la caridad.

El obispo de Tapachula en su mensaje a los fieles católicos hace referencia a la Cuaresma y en particular al número 40. Señala que en la comprensión judía este tiene un sentido importante en todos los momentos y acontecimientos intensos de la vida y de la historia que han sido precedidos por ese tiempo de preparación.

En relación con la Cuaresma comenta que no es solo un tiempo de penitencia, es también tiempo de expresión de los sentimientos más puros del ser humano; es un tempo que permite crecer con claridad para comprender el misterio y asumir una misión.

Para los cristianos la Cuaresma es el camino que hemos de recorrer como iglesia para revisar nuestra vida, crecer en la comprensión del misterio, disponer nuestro espíritu para celebrar con disposición y claridad plenas el acontecimiento histórico, la actualización y el acontecimiento escatológico de la resurrección del señor.

Monseñor Calderón señala que se ha iniciado la Cuaresma que es un camino, pero ante todo es una oportunidad para advertir las esclavitudes que impiden andar hacia una auténtica liberación, que nos abre al amor infinito de Dios nuestro padre que entregó a su propio hijo como causa de nuestra salvación.

Por tanto, todo aquello que hagamos debe ayudarnos a caminar cada día más libres para amar como el señor nos ha enseñado en su Pascua.

El titular de la Diócesis de Tapachula señala que la oración, el ayuno y las obras de caridad, nos permitirán advertir nuestras propias ataduras que hunden sus raíces en lo más profundo de nuestro ego y a abrirnos a nuestro personal camino pascual.

Algo muy importante en este camino son las normas sobre el ayuno y la abstinencia que encuentran su sentido como ayuda y apoyo en el camino de la liberación.