Desde el corazón de la región migrante de Latinoamérica, obispos y agentes pastorales de diócesis de la frontera norte de Guatemala y sur de México, emitieron un contundente pronunciamiento sobre el corredor migratorio al que describieron como un camino de “desolación, angustia, acoso, rechazo, racismo, extorsión, explotación, deportación, secuestro, desaparición y muerte”.
Reunidos en Tuxtla Gutiérrez, del 2 al 5 de junio, para analizar la realidad regional, cinco líderes religiosos pintaron un panorama desgarrador de la situación que enfrentan miles de personas migrantes, refugiadas, deportadas, desplazadas y víctimas de trata.
El documento señala con indignación la persistente impunidad y corrupción que agravan la crisis. Con profundo dolor, evocaron la tragedia del 9 de diciembre de 2021, en la colonia El Refugio, donde 57 migrantes (en su mayoría guatemaltecos) perdieron la vida en el vuelco de un tráiler que transportaba hacinadas a más de 160 personas.
“Hechos como este dejan en evidencia el terrible drama que cotidianamente viven los peregrinos de esperanza”, afirmaron, exigiendo “justicia, reparación de daños y no repetición”.
Políticas
Los obispos cargaron contra las “políticas xenófobas y criminalizadoras de los gobiernos del norte” (en clara referencia a Estados Unidos), que, según ellos, desprecian a los migrantes y solicitantes de asilo, aumentan sus riesgos con redadas inhumanas y deportaciones atroces.
Con particular firmeza, condenaron la reciente aprobación en el Senado estadounidense de un impuesto del 3.5 % a las remesas.
Lo calificaron de “abusivo”, argumentando que son fruto de trabajo arduo, ya gravado y constituyen un pilar vital para la economía de las familias y pueblos centroamericanos.
Llamado
“Alzamos la voz por quienes hoy no la tienen”, declararon, exigiendo que las leyes y políticas migratorias garanticen condiciones humanas donde prevalezca el respeto a la dignidad inherente de toda persona.