En Chiapas, la juguetería tradicional se mantiene viva en varios municipios, en donde representan el esfuerzo, la imaginación y la riqueza cultural de sus pueblos.
En diversas regiones, los juguetes castizos representa no sólo una alternativa, sino la única opción para muchos pequeños para divertirse como el resto de los niños del estado.
Trompos, valeros, yoyos, sonajas, trepatémico, carros y caballitos de madera, son algunos de los tantos juguetes tradicionales que se elaboran en el estado.
Lamentablemente el uso de estos trebejos ha disminuido en algunas regiones del país, ya que la modernidad se ha posicionado en el gusto de muchos, sin embargo, en Chiapas sobreviven gracias a los diferentes artesanos que siguen creando y conservando parte de la historia y la tradición de estos, donde la técnica es heredada de generación en generación.
En la colonia Jardines del Grijalva, en Chiapa de Corzo, vive Kevin Hernández, de apenas 10 años, él como otros integrantes de su familia tiene que aprender el oficio y la herencia de los ascendientes para poder subsistir.
Kevin es aprendiz de la artesanía de juguetes; construye un mundo imaginario con lo poco que tiene en su entorno: carrizo, pumpo, morro bambú, pituti y otros materiales de árboles tropicales y frutos.
Una de las cosas que ha permitido la permanencia y gusto por estos juguetes, es que muchos son fabricados por los mismos niños.
Aunque estos juguetes han sido desplazados con el paso del tiempo por aquellos más modernos y sofisticados, en diversos municipios del estado, incluso de otros estados del país, siguen teniendo demanda, principalmente de padres de familias que han inculcado a sus hijos este tipo de juguetes.
Aunado a ello, las autoridades han promovido la juguetería popular a través de ferias y concursos para difundir entre las nuevas generaciones estos juguetes de tipo artesanal.
Uno de ellos es el Concurso Estatal de Juguetería Popular de Chiapas, en el cual se fomenta la elaboración de estos productos con técnicas y materiales tradicionales.
Incluso grandes creadores han sido reconocidos a nivel nacional, como fue el caso de la artesana María Esther Hernández Pérez, quien en el Concurso Gran Premio Nacional de Arte Popular 2019 obtuvo el primer lugar en la categoría de Juguetería.
Originaria del municipio de Chiapa de Corzo, Hernández Pérez obtuvo tal distinción con su pieza “La feria de la hermandad indígena”. Tren elaborado de madera de cedro que consta de una locomotora, un juego de lotería, un carrusel y una rueda de la fortuna, con personajes indígenas tallados en madera de cedro y pintados en óleo.
Este 6 de enero, en que se celebra el Día de Reyes, representa un buen pretexto para que los padres de familia regalen a sus hijos juguetes recreativos que los impulse a desarrollar su mente y preservar un arte popular que aún se mantiene en Chiapas.