Otro Stan puede ocurrir

La devastación del Stan es una herida que no ha cicatrizado. Rafael Victorio / CP
La devastación del Stan es una herida que no ha cicatrizado. Rafael Victorio / CP

El fantasma del huracán Stan recorre la Costa, Soconusco, Sierra y Frontera Sur de Chiapas. A 20 años del desastre natural, las heridas no cierran del todo.

Las obras de protección de los ríos como el Suchiate quedaron inconclusas, cientos de familias reubicadas no cuentan con escrituras de las viviendas que les entregaron y la deforestación no se ha detenido.

La vulnerabilidad persiste

En las últimas semanas se han registrado intensas precipitaciones pluviales causando afectaciones en distintos municipios, dejando ver la vulnerabiidad prevaleciente y el riesgo de nuevas devastaciones. 

En la zona serrana se pueden observar los arañazos en los cerros que arrasan con árboles, tierra, lodo y piedra que son arrastrados por las corrientes hacia las zonas bajas; así ocurrió hace 20 años y lo mismo pasó, hace dos semanas en el municipio de Mapastepec, uno de los que más ha sufrido los embates a causa de las lluvias.

Dos décadas después del mayor desastre natural que haya sufrido la entidad, los márgenes de los ríos han vuelto a ser ocupados; no se han hecho acciones de reforestación en las cuencas hidrológicas y prevalece la deforestación. 

Las cicatrices del huracán Stan no desaparecen, los riesgos están presentes, incluso son más complejos que hace dos décadas. Especialistas han advertido la necesidad de reubicar poblados o parte de ellos, como Motozintla, Belisario Domínguez y otros más que “pueden desaparecer” a causa de un desastre similar al de hace dos décadas. 

El recuento de los daños

La dimensión del huracán “Stan” fue tal que dos terceras partes del territorio chiapaneco presentó afectaciones, sobre todo 41 municipios concentrados en la Frontera Sur, Soconusco, Costa, Sierra y Frailesca. 

Los reportes oficiales establecen que aparte de la muerte de 81 personas, resultaron afectadas 27 mil 665 viviendas, de las cuales 14 mil 274 requirieron reconstrucción o reubicación total; 651 obras de agua potable, drenaje y saneamiento; mil 79 kilómetros de carreteras, caminos, puentes vehiculares y puentes hamaca quedaron devastados; 18 puentes del ferrocarril costero tirados; 259 escuelas, 114 hospitales y clínicas, equipamiento hidráulico, urbano, del sector agrícola y pesquero fue devastado.

El excomisionado para la Reconstrucción por el Huracán Stan, Julián Domínguez López-Portillo recuerda, “la historia de Chiapas se seguirá escribiendo en un antes y un después del huracán Stan” y advierte que “las amenazas globales seguirán colocando al estado como territorio vulnerable a los fenómenos naturales”.

Otra tragedia puede ocurrir

Para el investigador del Centro de Investigaciones con Visión para Centroamérica de la Benemérita Universidad Autónoma de Chiapas (Unach), Vicente Castro Castro, la posibilidad de que otro huracán de gran intensidad impacte a esta región es posible.

“En 1998 se tuvieron severas afectaciones por el huracán Mitch que provocó la desaparición de comunidades completas, como Valdivia en Mapastepec y siete años después, vino el Stan de mucho mayor impacto”. 

Ese fenómeno transformó la geografía urbana de Tapachula, colonias completas quedaron destruidas y desaparecidas, miles de familias tuvieron que ser reubicadas y se construyeron muros de contención, pero existen dudas sobre si se presentara otro evento similar puedan resistir. 

La mayoría de los afluentes que cruzan las poblaciones, empezando por el Suchiate que sirve de línea divisoria entre México y Guatemala, durante el paso de ese fenómeno hace 20 años cambió su curso y se calcula que unas dos mil hectáreas de tierras productivas mexicanas quedaron del lado guatemalteco. 

Hasta ahora las únicas protecciones que se han construido son en las poblaciones de Ignacio Zaragoza del municipio de Frontera Hidalgo; en Ciudad Hidalgo, donde incluso las instalaciones aduanales y migratorias y el puente internacional “Rodolfo Robles” quedaron destruidas, cuentan con un muro de piedra.

En la zona baja, después de 20 años y múltiples gestiones, apenas la Comisión Nacional del Agua (Conagua) autorizó cien millones de pesos (mdp) para iniciar trabajos de protección, con la construcción de muros y espigones para evitar que el río Suchiate siga carcomiendo las tierras productivas. 

Sin embargo, solamente se autorizaron en la primera etapa 900 metros de muro, cuando se requieren al menos siete kilómetros, explica el presidente de la Unión de Ejidos de Suchiate “David Reyes González”, José Manuel Ovalle. 

Urge reforestar

Antonio Juárez Mendoza, especialista en hidrología, advierte la necesidad de trabajar en la restauración de todas las cuencas hidrológicas de los ríos de la región, desde el Suchiate hasta los que se encuentran en los límites con Oaxaca. 

“Se requiere un amplio programa de reforestación en las zonas de la Sierra Madre de Chiapas y en las partes altas de los municipios costeros, en virtud a que de ocurrir otro fenómeno como el ‘Stan’, los bordos de los ríos no serán suficientes para proteger a las poblaciones”. 

Asegura que todos los municipios de Chiapas enfrentan riesgos a causa de la destrucción de los recursos naturales y de los crecimientos desordenados de las ciudades, demostrado ello con lo que ha sucedido en Tuxtla Gutiérrez, San Cristóbal de Las Casas y Tapachula, que en unas pocas horas de lluvia se generan problemas de inundaciones. 

En los cerros se pueden apreciar a simple vista los grandes desgajes que presentan; en las partes altas de Mapastepec, en donde se han presentado afectaciones a causa de las lluvias que provocaron hasta la caída de dos puentes sobre la carretera Costera y dejaron devastados los caminos rurales, están a la vista de todos. 

Sin escrituras

Mientras se advierten los riesgos de una nueva devastación en caso de presentarse un huracán, damnificados del “Stan” que fueron reubicados hacia diversos fraccionamientos de Tapachula, a 20 años del hecho, carecen de escrituras y temen ser desalojados. 

Son más de mil 200 familias las que se encuentran en esa situación en los fraccionamientos San Jorge, La Sierra 1 y 2, La Perla y Los Palacios, según denuncia una de las afectadas, María del Rosario Puerto Chang, quien desde hace años viene realizando gestiones para que les escrituren sin lograrlo. 

Esas casas no las acabó de pagar el gobierno de ese entonces encabezado por Pablo Salazar Mendiguchía, por lo que permanecen en la incertidumbre.