Pablo Salazar Mendiguchía es recordado en Chiapas como el mayor represor de la historia reciente de la entidad y por la corrupción que caracterizó a su gobierno. Cómo olvidar la desaparición de 12 mil millones para la supuesta reconstrucción por el huracán del Stan, su encarcelamiento por el homicidio doloso por omisión de unos 30 recién nacidos en el Hospital de Comitán, el encarcelamiento de periodistas, líderes campesinos, indígenas y políticos, la violación a la Soberanía del Poder Judicial del Estado y la persecución del ombudsman de Chiapas, entre otras acciones de su perverso pasado.
La administración de Pablo Salazar Mendiguchía dejó constancia en la prensa estatal y nacional de una constante represión al magisterio de Chiapas y al sindicato de la Secretaría de Salud. Hoy en día hay expedientes en la Fiscalía General del Estado en los que hay evidencia de los encarcelamientos que se realizaron a líderes sindicales durante su gestión. En esa época el parque Central de Tuxtla Gutiérrez se volvió un campamento de manifestaciones y repudio durante meses enteros. Quienes vivieron la represión han resaltado también la incapacidad del entonces secretario de Educación, Alfredo Palacios.
En Chiapas, a Salazar Mendiguchía se le recuerda también como mentiroso, pues usurpó el cargo de secretario general de Gobierno sin tener título profesional cuando el grado era requisito para asumirlo.
La gente de Chiapas tiene memoria y por eso le manifestó su repudio en las pasadas elecciones para senador, ocupando el vergonzoso último lugar en la contienda. El pueblo tiene memoria, dicen líderes campesinos y magisteriales.
Pablo Salazar reapareció recientemente en un video en el que se le ve demacrado y acabado, para arrastrarse aplaudiendo al actual gobernador del estado como si su voz le interesara a alguien; en ese mismo video señaló que su gobierno no contrajo deuda y que fue su sucesor (Juan Sabines) el que endeudó a Chiapas con 20 mil millones de pesos. Ambas aseveraciones son falsas, según constatan los archivos de la Secretaría de Hacienda del Estado y la Cuenta Pública entregada por ambos gobiernos en su momento.
De acuerdo a la SHCP, el gobierno de Chiapas al término de la administración en 2006 tenía pasivos por más de 880 millones. Según Pablo Salazar, estos fueron solicitados en su totalidad por su sucesor Juan Sabines cuando este era alcalde, otra mentira más que puede corroborarse en los archivos hemerográficos del estado.
Efectivamente, de acuerdo a investigaciones de este medio, el Ayuntamiento presidido por Juan Sabines Guerrero solicitó un crédito por 400 millones de pesos a Banobras para hacer las obras de agua potable, Ciudad del Agua, en el que el gobierno de Salazar firmó como deudor solidario. Es decir sí fue parte del endeudamiento, pero la obra resolvió problemas de fondo y fue ejecutada con estricto apego a los lineamientos de construcción y supervisión en el manejo de recursos, según consta en documentos oficiales.
Sin embargo, en ese sexenio muchos ayuntamientos pidieron créditos a Banobras y fueron aprobados por el Congreso del Estado, luego publicados en Periódico Oficial, es decir, promulgados por el propio Salazar Mendiguchía. Incluso, Tuxtla en 2003, cuando era presidenta Victoria Rincón Carrillo, pidió 130 millones de pesos, que fue el primer crédito solicitado en la capital.
De acuerdo a diversos líderes sociales, políticos y empresariales, los ayuntamientos solicitaron créditos a Banobras en la época de Salazar Mendiguchía por dos poderosas razones:
1- El gobierno de Pablo Salazar se desentendió de las necesidades básicas en los municipios y obligó a los ayuntamientos a pedir créditos a la Banca de Desarrollo.
2 - Porque el subdelegado de Banobras era el hermano del gobernador Pablo Salazar Mendiguchía, el cual visitaba ayuntamientos ofreciendo créditos a cambio de “agradecimientos” en obras para las constructoras que el otrora poderoso hermano incómodo de Pablo Salazar solicitara.
Este personaje en el video que intentó difundir, dice también que su sucesor dejó una deuda de 20 mil millones, otra mentira más, ya que según consta en la SHCP, hay un registro de la deuda total de Chiapas en 2012 por 16 mil millones de pesos, incluidas las deudas de los ayuntamientos, la deuda heredada de Salazar y los créditos autorizados para el inicio de la administración del gobierno de Manuel Velasco.
Pero según los líderes entrevistados, la mayor deuda que dejó Salazar fue un estado sin gobernabilidad, devastado por el huracán Stan, confrontado con casi todos los sectores y un Chiapas sumido en la miseria, ocupando el vergonzoso primer lugar en pobreza extrema.
Los que no olvidan a Pablo Salazar son los de la Mactumactzá, que al cerrar el internado por quedar bien con el entonces presidente Fox, generó un conflicto social que padecemos hasta nuestros días y no es para menos, encarceló a estudiantes, a maestros y a los padres de familia. Un miembro de la Mactumactzá fue asesinado en plenas protestas supuestamente por agentes del gobierno y por ello, cada 6 de agosto salen a las calles a quemar una piñata con la figura del mentiroso exgobernador. De todo esto hay registro hemerográfico en el estado.
Curiosamente, según investigaciones de este rotativo, a más de 16 años que dejó el poder, Pablo Salazar vive en una lujosa residencia de millones de pesos y no se sabe que tenga empleo alguno. ¿Será que vive de sus ahorros o de los turbios negocios que, según afirman, tuvo con el despacho Álvarez Puga y Asociados?