Paludismo con fuerte presencia en Chiapas

Chiapas registra el 88.09 por ciento del total de casos confirmados a nivel nacional por paludismo o mejor conocido como malaria, según datos proporcionados por la Dirección General de Epidemiología (DGE) de la Secretaría de Salud federal, lo cual expone al estado sin haber mitigado esta enfermedad y su presencia aún causa estragos en algunas regiones.

Dentro el marco del Día Mundial del Paludismo, que se conmemora cada 25 de abril, la Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló que estos parásitos se multiplican en el hígado y después infectan los glóbulos rojos.

La transmisión del paludismo se ubica en diez entidades federativas tales como Oaxaca, Quintana Roo y Tabasco en el sur-sureste, y Chihuahua, Durango, Jalisco, Nayarit, Sinaloa y Sonora en el noroeste, entre los que destaca Chiapas.

Transmisión

Todas las especies pican por la noche. Estos mosquitos se crían en agua dulce de poca profundidad (ríos, lagunas, charcos y diversa vegetación litoral, en estanques pantanosos y bordes de los cursos de agua en movimiento).

La transmisión también depende de las condiciones climáticas que pueden modificar el número y la supervivencia de los mosquitos, como altitud sobre el nivel del mar, la temperatura y la humedad.

En muchos lugares la transmisión es estacional, alcanzando su máxima intensidad durante la estación de secas.

Se pueden producir brotes de paludismo cuando el clima y otras condiciones favorecen súbitamente la transmisión en zonas de población no estable, como lo son los refugiados o los trabajadores migrantes.

Diagnóstico

El diagnóstico se debe realizar mediante el examen microscópico de una gota gruesa de sangre. Otras pruebas diagnósticas son las tiras reactivas para prueba rápida, y la serología se emplea generalmente con fines de investigación operativa; el resultado con pruebas rápidas debe ratificarse o rectificarse mediante un estudio de gota gruesa.

Existen una serie de medidas de control tanto físico como químico, y/o biológico, aplicadas de manera efectiva y dirigidas a las poblaciones de mosquitos.

El control físico se basa en la eliminación y modificación de hábitats y criaderos mediante la participación comunitaria para la remoción de algas verdes filamentosas presentes en los criaderos y el corte de vegetación peridomiciliaria, que es el sitio de reposo de vectores adultos.

Asimismo, a través de promover la instalación de mallas mosquiteras en puertas y ventanas, uso de pabellones, encalamiento de vivienda, etc., para impedir el acceso de mosquitos a las viviendas.

En el caso de brotes o posterior a desastres naturales, se aplican larvicidas y/o adulticidas químicos o biológicos.

Tratamiento

Se emplea la combinación de dos medicamentos, la cloroquina que elimina las formas sanguíneas del Plasmodium vivax y del Plasmodium falciparum, excepto los gametocitos de este último y la primaquina que elimina los hipnozoitos del P. vivax y los gametocitos del P. falciparum. Se administrarán diferentes esquemas de acuerdo al objetivo que se persiga, mismos que se aplican de acuerdo a la intensidad de la transmisión y a las recomendaciones que tiene cada entidad federativa, jurisdicción sanitaria o municipio.