La tradición milenaria de los Parachicos ha sobrevivido a todo; desde la explotación desmedida y comercial de esta cultura, hasta el impacto de fenómenos naturales que, en un momento dado, han puesto en peligro la celebración de la Fiesta Grande de Chiapa de Corzo.
Cubrirse el rostro con una máscara, colocarse un sarape y una montera tiene un significado especial; la población espera un año entero para danzar, para convivir y mostrar que es un pueblo rebelde a través del baile.
Viajamos a Chiapa de Corzo, para encontrarnos con el Patrón de los Parachicos, en el museo que instaló en su casa, espacio que ha recopilado objetos que dan un significado especial a estas tradiciones.
-¿En los últimos años no se ha confundido la tradición con tanta venta de alcohol que se da en esos días?
Rodeado de fotografías emblemáticas dentro del museo, como la que representa la sucesión del cargo que asumió desde 1999, Guadalupe Rubisel Gómez Nigenda dice todas las prácticas rituales, religiosas y hasta paganas de todo el mundo están ligadas a la venta de estas bebidas, sin embargo, cuando se exceden los límites puede traer consecuencias.
“Es muy complicado como Patrón de los Parachicos prohibirles, pero tenemos que hacer acuerdos, tenemos que hacer un proyecto a conciencia, porque en esos días Chiapa de Corzo se convierte en la cantina más grande del mundo y eso, el Patrón solo, no lo puede controlar, tienen que intervenir autoridades”, enfatizó.
En la Casa Museo del Patrón de los Parachicos, se encuentra el certificado que avala que esta tradición forma parte del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, otorgado por Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
En el 2018, en Chiapas se renovarán cargos de elección popular y algunos políticos aprovechan para llevar a los Parachicos a bailar en actos de campañas, ¿qué opina de esto?, le pregunto.
Rubisel Nigenda coloca dos de las máscaras más emblemáticas que existen en esta cultura; y responde que muchas personas se cuelgan de estas tradiciones para convencer a la población.
Aclara que el Parachico es de Chiapa de Corzo, aunque en los últimos años también han aparecido en Acala, Villaflores y hasta en Copainalá. Debe existir un diálogo, -ataja-, con todos los grupos para que respeten al Patrón, pero también a la vestimenta y la música.
-¿Después del terremoto del 7 de septiembre y con los daños que generó van a danzar los Parachicos?
Recuerda para los lectores de Cuarto Poder que él convocó a los representantes del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), para hacer un recorrido en las casas particulares y templos, para analizar los daños que dejó el terremoto del 7 de septiembre.
Se ha confirmado que en cuatro templos de Chiapa de Corzo no se podrá danzar por el daño que registraron; los miles de Parachicos que danzan, con el zapateado, podrían generar un colapso.
Sin embargo, la fiesta no se para y los recorridos se realizarán como de costumbre, aunque sí con algunas modificaciones. “Por agradecimiento vamos a bailar más que nunca”.
Enfundado en unos anteojos transparentes, con una armazón negra y un sombrero en color crema, relata que también hay cuatro casas en las que no se podrá bailar al interior, debido a las afectaciones que registraron; no obstante, se espera que después de que el INAH emita un permiso colectivo, se puedan reparar.
Se buscará un espacio para hacer la reverencia y la misa, el próximo 23 de enero que es la despedida de los Parachicos y el cambio de piostre.
-¿Qué tantos beneficios han obtenido ustedes a partir de la declaratoria de la Unesco?
Frunce el ceño en medio de los lentes que tratan de disimular la molestia; un respiro profundo para no errar la respuesta. De manera puntual ataja: “como manifestación cultural, ninguno”.
Agrega que el pasado 16 de noviembre se cumplen 7 años de haber obtenido la declaratoria, pero hasta el momento, asegura, “no ha llegado ni un peso partido por la mitad” por parte de las dependencias de Turismo o del propio Consejo para las Culturas y las Artes (Coneculta) de Chiapas.
“Esa es la molestia que tenemos nosotros como chiapacorceños, porque nos han utilizado. Otros se han beneficiado”. Incluso, añade que el reconocimiento de la Unesco ha servido para que los funcionarios salgan en la foto. De todas las acciones que se esperaban del gobierno, ninguna se ha realizado.