Los agrietamientos y fisuras derivados del terremoto ocurrido el 7 de septiembre del 2017, así como los constantes sismos y réplicas que se presentan en la zona, han sido los principales factores de los deslizamientos de tierra así como el desprendimiento de rocas en las paredes del Cañón del Sumidero.
Cuarto Poder constató durante un recorrido al Cañón del Sumidero, grandes cantidades de tierra a orilla de río, derivado de estos deslizamientos que se han generado en las partes altas de las laderas, así como el desprendimiento de roca en paredes del Cañón.
Al respecto, autoridades de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) informaron, que a raíz del terremoto del 7 de septiembre el cual tuvo una magnitud 8.2, dentro del Cañón del Sumidero, han ocurrido más de 30 deslaves, de lo cuales, actualmente se mantienen cuatro de importancia.
Lo anterior ha llevado a que personal de la Conanp lleve acabo un monitoreo constante en la zona, además de que se han tomado algunas prevenciones ante posibles accidentes.
Las paredes del Cañón del Sumidero están formadas por roca caliza, un material que por su constitución natural - carbonato de calcio- tiende a ser muy vulnerable a los movimientos telúricos o provocados por el hombre.
Además de los sismos, la paredes del Cañón se han ido debilitando debido a la explotación de esta roca que por más de medio siglo ha llevado a cabo la calera Cales y Morteros.
Por su parte, Javier Díaz, encargado del Programa de Conservación de Humedales del Parque, indicó que debido a su geografía, entrar al Cañón representa un riesgo implícito, sin embargo con el terremoto del 7 de septiembre, se establecieron recomendaciones a las cooperativas lancheras para mantener la distancia adecuada y con ello prevenir desprendimientos de roca que pudieran poner en riesgo la integridad.
Díaz señaló que desde un primer momento se mantuvo comunicación con cada una de estas cooperativas, para modificar las distancias tanto en las paredes como en aquellas zonas donde se han presentado estos desprendimientos.
Los deslaves que se han presentado, permitieron formar pequeñas playas de asoleamiento para el cocodrilo de río que habita en la zona, lo que es un atractivo para los turistas que recorren las aguas del Cañón.
El encargado mencionó que en estos lugares se mantiene una distancia de observación de entre 30 hasta 50 metros, además de tener recomendaciones a las embarcaciones para evitar que naveguen fuera de la velocidad de avante.
Dentro del Cañón se encuentran mil 381 especies de vegetación, lo que es equivalente al 17 por ciento de la flora que existe en Chiapas, donde conviven varios ecosistemas como selva baja, cabocifolea, bosque de pino, encino y riparía.
De acuerdo a personal de la Conanp, en algunas paredes donde se presentaron desprendimientos de rocas, la misma vegetación ha podido recubrir estas áreas dañadas en otras, como constató Cuarto Poder, siguen expuestas y con el riesgo de que con cualquier sismo fuerte pudieran haber otros deslizamientos.