Debido al desorden que se ha generado entre el sector que se dedica a la producción de la tortilla en la zona de Comitán y alrededores, María Isabel Pinto Solís, presidenta de los Industriales en la zona, enfatizó que la informalidad de los motorrepartidores y abaratar el precio del producto por parte de grandes empresas está llevado a que el sector esté “tronando” y al borde de la quiebra.
Ante la falta de una sana competencia y de que las autoridades municipales han hecho caso omiso a las peticiones, este miércoles llevaron a cabo una protesta para exigir que se actualice el reglamento y se aplique la normatividad por igual.
Aclaró que en ningún sentido buscan monopolizar los precios, pero las grandes compañías deben mantener un precio que permita a los negocios más pequeños poder competir. Será importante, remarcó, que la autoridad lleve a cabo mesas de trabajo para que exista respeto a la distancia que debe existir entre tortillerías y la legalidad con los motorrepartidores.
Lo que han notado, refirió, es que las grandes cadenas ofrecen el producto entre los 11 y 11 pesos con 50 centavos, sin embargo, los establecimientos que se dedican al giro tienen un costo de producción de 19 pesos; a pesar que el precio de venta está liberado, con dicha cantidad -enfatizó- no hay manera de hacerle frente.
En la zona, refirió Pinto Solís, existen unos 280 negocios que se dedican a la actividad y cada tortillería da empleo a tres o cuatro familias, es decir, al quebrar un establecimiento se genera una afectación social por la falta de sustento.
En aquella parte de la entidad la industria está “agonizando” debido a que los pequeños negocios no tienen posibilidad de competir con precios más bajos. “No podemos poner de nuestra bolsa para invertir en un negocio” que no retorne una ganancia.
En el municipio, comentó la lideresa del sector, hay 56 licencias tipo “B” autorizadas para el motorreparto, sin embargo, han notado que están rodando más de 156 unidades que se dedican a esta actividad sin regulación.