Los perros ferales son canes que viven de manera asilvestrada, es decir, que al ser abandonados por sus dueños, tienen que cazar para poder alimentarse, además, al pasar cierto tiempo sin contacto humano, tienden a ser agresivos y atacar a las personas que se encuentren dentro de su territorio.
Este comportamiento es consecuencia del abandono del que son víctimas; en Tuxtla Gutiérrez esta situación está presente al algunos puntos de sus alrededores, como son las faldas del Cañón del Sumidero, en las inmediaciones de la colonia Cerro Hueco y en las cercanías del tramo carretero San Fernando-Tuxtla Gutiérrez.
Esto lo dio a conocer Narcedalia Mayor Gordillo, fundadora del Movimiento Animalista para Chiapas (Mapach), quien también se encarga de rescatar perros callejeros en esta ciudad capital, a los que cura, mantiene y adopta para otorgarles una manera de vivir más digna.
“Esta situación sucede también porque muchas personas ven como productos a los perros, solo los utilizan para dar crías y luego ser vendidos, lo que provoca que algunos compradores los saquen a las calles una vez que el animal se vuelve una ‘carga”, señaló Mayor Gordillo.
También mencionó que algunos otros dejan salir a su mascota a las calles, sin el debido cuidado, donde las hembras canes quedan preñadas y una vez que dan a luz, los cachorros son dejados en las calles, por eso es importante esterilizarlos.
Los perros, al ser abandonados a su suerte en las grandes urbes, tienen que cazar para poder alimentarse y tienden a refugiarse en las zonas de las ciudades menos habitadas, donde al paso del tiempo pierden contacto con los humanos, por ello, se vuelven agresivos con las personas.
Al vivir en grupos se reproducen rápidamente, ocasionando que los cachorros tengan una vida totalmente silvestre y sin ningún tipo de contacto humano. Así sucesivamente, generación tras generación se va desarrollando y aumentado el número de ejemplares.