Las recomendaciones de expertos en salud sobre los daños que ocasiona el consumo de gaseosas o refrescos, que consideran son las bebidas azucaradas más dañinas para el organismo, no han incidido para evitar estas prácticas.
A ello se suman los constantes incrementos de su precio a consecuencia de la difícil situación económica; no obstante, el calor de Tapachula, la facilidad para adquirirlos, además de que se han convertido en pieza importante en las reuniones familiares y fiestas, son indicio de esta causa recurrente.
La nutrióloga Ada García señaló que las estadísticas revelan que la obesidad y el sobrepeso en la población sigue en aumento y se han modificado hábitos alimentarios, mientras que el consumo de refrescos embotellados aumentó en promedio un 40 por ciento; por el contrario, el de frutas y verduras desciende en cifras importantes.
Y es que de acuerdo con cifras del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología de México (Conacyt), Chiapas es el estado donde más se consumen bebidas azucaradas embotelladas, cuyo per cápita es cinco veces superior al resto del país y 32 por veces más que el promedio mundial. Según los cálculos, un chiapaneco consume dos litros de refrescos al día, cuando el promedio a nivel nacional es de 400 mililitros.
Los constantes aumentos de precio, uno reciente de la empresa Femsa, distribuidora de la Coca-Cola, justifica el encarecimiento consecuencia de los precios de los insumos, entre estos el azúcar, siendo los economistas quienes no descartan nuevos aumentos en fechas cercanas.
En Tapachula, como en gran parte de Chiapas, la bebida embotellada más popular y consumida es precisamente la Coca-Cola, a pesar de que autoridades de salud han emprendido en algunos periodos tenues campañas de salud para informar del impacto negativo de estos productos en la salud de las personas.