En los cerros cercanos a Berriozábal y San Fernando se continúa extrayendo abono, tierra y plantas para comercializarse, generando una degradación en los suelos que afecta el equilibrio ambiental.
Esta actividad, que se ha realizado históricamente, es muy difícil de erradicar, pero sí se pueden gestionar nuevos procesos de generación de abono, como por ejemplo la lombricultura, explicó Bogar Gálvez, director del área natural protegida Villa de Allende, que confluye en el municipio de Berriozábal y San Fernando.
Además, dijo que es posible cambiar algunos sistemas de producción para retomar la venta y consumo de plantas comestibles como el bledo y la verdolaga, que cada vez se comen menos en Chiapas.
Informó que habitualmente el abono y las plantas se venden en viveros particulares a orilla de la carretera hacia Tuxtla, y en los fines de semana en el parque central de Berriozábal.
Lombricultura
Explicó que otra alternativa podría ser sembrar plantas comestibles y crear abono a partir de la lombricultura, que es la crianza y manejo de lombrices de tierra en condiciones controladas, con el objetivo de obtener una materia orgánica, capaz de convertir una tierra convencional en un abono rico en nutrientes.
Capacitación
Agregó que la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), en Chiapas, desde hace años ofrece capacitaciones a comuneros para combatir la degradación del suelo, ocasionado por la extracción de tierra de hoja, lo cual afecta a los ecosistemas y suelos forestales.
La Conanp también ha llamado al Ayuntamiento de Berriozábal y a autoridades ejidales para atender esta problemática, debido a que la extracción ilegal de abono es una actividad histórica que está cobrando factura a los suelos que cada vez son menos fértiles.
Sin embargo, es también una fuente de ingreso para poblados como Vista Hermosa, Tierra y Libertad, Amendú y Cuchumbac, entre otras.
Esta actividad consiste en extraer la tierra natural de los diferentes ecosistemas para ser comercializada; normalmente este producto es utilizado en la jardinería de muchos hogares. Sin embargo, es un elemento no renovable, por lo que extraer grandes cantidades de este elemento durante muchos años ocasiona erosiones y la muerte acelerada de la flora endémica.