Ante el temor de que las lluvias y vientos continúen, pescadores de Tonalá han dejado de laborar, sin embargo, algunos han tomado esa decisión de forma permanente.
Señalaron que el miedo ha llegado al sector pesquero y por eso muchos de ellos se emplean como peones de albañil, así como vendedores de comidas y otros más como choferes de mototaxis.
Pescadores como Francisco Rodríguez Jiménez señalaron que las pasadas lluvias del huracán Erick los hizo entender que al mar se le respeta y que no hay fuerza humana que pueda contra él.
Decidieron que al menos cuatro días pararían sus actividades por temor a que sus lanchas sufrieran algún tipo de daño.
Afirmaron que mientras las lluvias se normalizan y los peligros en el mar hayan pasado entonces consideran regresar a sus actividades, pero muchos de ellos ya tienen otros trabajos desde tiempo atrás.
También reconocieron que con las lluvias ellos como pescadores ya no pueden realizar sus actividades con tranquilidad y seguridad porque el riesgo aumenta, sobre todo en altamar.
Esta situación ocurre en lugares como: Paredón, Cabeza de Toro, Pueblo Nuevo, La Barra, Ponteduro, Manguito y San Luqueño La Costa.