Con un ruego a las autoridades de los distintos niveles de gobierno (federal, estatal y municipal), el obispo de Tapachula, Jaime Calderón, pidió que volteen las miradas hacia los habitantes de las comunidades, sobre todo de la Sierra de Chiapas, para que se les garantice una vida en paz y la protección de sus bienes, ya que señalan están siendo sometidos y propiamente esclavizados ante el miedo al que son doblegados y el “cobro de piso”.

En otra parte del comunicado que emite la diócesis, el obispo señala que hay otros desafíos provocados por el fenómeno migratorio y por los desplazamientos internos que provocan inestabilidad entre las familias más pobres de algunas zonas de la sierra, lo que ha impactado en la búsqueda de ayuda humanitaria.

En el caso de los migrantes extranjeros, los prolongados procesos a los que son condicionados para su regularización hacen que muchos tomen la carreta como única opción para poder continuar su camino, ante la indiferencia, el rechazo y la discriminación hacia este sector por parte de la misma sociedad civil.

Afirmó que por parte de la Iglesia se ha trabajado en el fortalecimiento del “corredor samaritano” y dentro de las tareas pastorales se articulan trabajos de apoyo y acompañamiento de migrantes que se encuentran en su territorio diocesano.