El obispo de la Diócesis de San Cristóbal de Las Casas, Rodrigo Aguilar Martínez, pidió a los dos grupos de Tila que están enfrentados, que “sepan bajar la guardia y escucharse mutuamente” para evitar más derramamiento de sangre.
En rueda de prensa, también pidió a las autoridades que actúen “conforme al derecho y la justicia para que haya paz” en ese pueblo ubicado en el norte de la entidad.
La confrontación entre los llamados Ejidatarios Autónomos y los pobladores avecindados de Tila dejó el viernes pasado cinco muertos y más de una decena de heridos.
Aguilar Martínez dijo que se debe de buscar “qué parte de verdad tiene cada persona y cada grupo y también una invitación a perdonar de corazón. Que pobladores y ejidatarios perdonen a la otra parte; que busquen caminar juntos, ayudarse unos a otros, que vivan en paz”.
Agregó que “a las autoridades les toca deliberar para buscar la raíz de los problemas; estoy sugiriendo que también se vea la parte de verdad que cada cual tiene y se ayuden a caminar con Dios”.
Señaló que la diócesis está ayudando a que haya diálogo y que las partes se escuchen mutuamente. “Recomendamos que se actúe con la verdad y que se haga justicia para estar en paz”.
Rechazó que los sacerdotes de la parroquia de Tila estén involucrados, como han dicho los pobladores avecindados. “No creo que los sacerdotes que están en Tila sean culpables de alguna acción que esté provocando esta situación. Son otras las causas del conflicto”.
Remarcó: “Los padres están buscando ayudar. La postura de la iglesia es no tratar de ver quién de las dos partes tiene la verdad y quién la culpa, porque eso es un cuento de nunca acabar y ya van décadas con ese problema y se han entremezclado soluciones parciales que no han sido las adecuadas, además de revanchas”.
El obispo expresó que “los sacerdotes de la diócesis son parte de la realidad y de la colaboración para ayudar a destrabar los problemas. Si un sacerdote está ajeno, no debería de estar ahí. El sacerdote es parte de la búsqueda de solución”.
Negó el cambio del párroco de Tila, Heriberto Cruz Vera, esté relacionado con los sucesos del viernes pasado, sino que forma parte de los cambios rutinarios que se están llevando a cabo en 21 parroquias.
“Es saludable el cambio de sacerdotes; él mismo ya me había dicho varias veces, por su salud. Sabemos que estuvo muy delicado anteriormente. Gracias a Dios se ha recuperado, pero pedía ya no estar al frente de la parroquia y de ninguna parroquia porque su traslado no es para asumir otra parroquia”.