Los perros comúnmente llamados “callejeros” podrían no estar condenados a pasar hambre, frío y sed, si cada ciudadano dejara una vez a la semana agua y alimento en las afueras de sus casas.
La poca frecuencia del hábito impediría el ritual hacia el mismo domicilio, se generaría una dinámica de movilidad y los perros tendrían un aliento en esta temporada de temperaturas cambiantes, expuso Isis Morales, coordinadora del servicio veterinario de la Unidad Canina de Búsqueda y Rescate de la Secretaría de Protección Civil estatal.
La experta en el manejo de animales para adiestramiento y mascotas, explicó que ciertamente existe algún riesgo de contagio en el compartir de agua, pero peor es cuando los perros que viven la calle acuden a tomarla en acumulaciones de drenajes y de lluvia.
Dar comida a los canes
En cuanto a la alimentación, un poco de comida para los canes podría resolver la situación, justo como ocurre en países de primer mundo. Donde además es común crear refugios contra el sol y la lluvia, aunque también es mucho menor la incidencia de perros en situación de calle.
En cualquier caso, el llamado es para tener la conciencia y empatía de cuidado hacia los animales, dijo, pues incluso recientemente se legisló en materia, pero la clave continúa siendo la conciencia ciudadana.