Ana Luisa Mendoza, jueza del vigésimo circuito del Poder Judicial de la Federación con sede en Tuxtla Gutiérrez, pidió una defensa integral de la carrera jurisdiccional y la división de poderes, esto en el marco del Día Nacional del Abogado y la Abogada.
Reto
Mendoza consideró que todavía es un reto para las mujeres que buscan la profesión de la abogacía y aunque se han dado pasos significativos, el horizonte aún es muy lejano.
La jueza, en el marco de la discusión sobre las Reformas al Poder Judicial de la Federación (PJF), expresó la destitución masiva de sus símiles, así como de magistrados y magistradas, tal y como ahora lo enfrenta Norma Piña, primera mujer en ocupar el cargo de magistrada presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) en su historia.
“Nos rebotan espacios ganados, como la meta de alcanzar designaciones paritarias en los órganos de justicia, o ver que el cargo más alto y honorable para un abogado fue ganado por una mujer y ahora es despreciado públicamente de diversas formas” expresó en el patio cívico del inmueble.
Por tanto, Mendoza expresó el momento crucial en la historia judicial de México en la que se encuentra, por la unión del personal jurisdiccional para la defensa de la carrera jurisdiccional y la división de poderes; los cuales son pilares fundamentales para un sistema equitativo, ético y libre.
Ejemplo
“Somos mil 600 soldados, pero hay otras 35 o 40 mil personas que van siguiendo nuestros pasos, son aprendices y van en ese ámbito; por eso no se comparte la Reforma” manifestó.
La jueza reconoció la labor de las y los profesionales de las leyes tanto en la carrera judicial, notarial, docente, investigación e importación de justicia, y en todas las áreas en las cuales se desempeña la labor.
“La labor de servir al desprotegido y la priorización de la razón deben ser enfoques, los cuales se deben poner por delante”, destacó Mendoza.
“Como nunca, el 12 de julio, día del abogado y abogada, se convierte en el momento crucial para hacer un llamado de unidad a todas y todos los que nos desarrollamos en esta profesión. La abogacía se distingue por la lucha incansable contra las injusticias y en ella converge la noble tarea de defender a los más débiles y los más vulnerables”, finalizó.