Los asistentes al “Encuentro de sobrevivientes de tortura y familiares, unidas por la justicia y la reparación del daño”, exigieron a los tres niveles de gobierno que “se haga justicia para las personas que aún están presas injustamente”.
Particularmente demandaron la excarcelación de José Díaz Gómez, base de apoyo zapatista, así como de Yonny Ronay Chacón González, Juan Hernández Gómez, Jorge López Montoya, Raymundo Sánchez García, Antonio Altunar y Oswaldo Sánchez González.
En un pronunciamiento difundido por el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas (Frayba), exigieron que “se nos repare también integralmente los daños que nos han ocasionado a todas y todos, quienes hemos sido víctimas y hemos sobrevivido la tortura”.
Explicaron que el 3 y 4 de agosto participaron en San Cristóbal en el Encuentro “para analizar la situación actual de la tortura en el estado, la cual sigue siendo una práctica constante llevada a cabo por autoridades del gobierno, con el fin de intimidar a la población más vulnerable, a las personas defensoras de los derechos humanos, de la tierra, el territorio y de la justicia”.
Agregaron que, “durante el encuentro reflexionamos que la tortura es utilizada para reprimir a las personas de escasos recursos, llegamos al acuerdo de unir fuerzas para poder llevar a cabo acciones y a las autoridades de los tres niveles de gobierno, hacer valer nuestros derechos fundamentales como seres humanos y como pueblos originarios”.
Manifestaron, “también compartimos nuestras experiencias y vimos cómo la tortura causa un daño permanente, tanto físico, psicológico, moral y económico, no solo en las víctimas que la sufrimos directamente, sino también nuestras familias que luchan por la justicia y la reparación del daño”.
La tortura, reiteraron, “es un método que sigue siendo utilizado de manera generalizada y sistemática, que daña y destruye el proyecto de vida de las personas e insistimos en que también impacta directamente a toda la familia, privando no solo de la libertad, sino de la paz y tranquilidad a las familias”.
Una de sus conclusiones del encuentro fue “seguir manteniendo la unidad y comunicación para apoyarnos mutuamente”, al tiempo que invitaron “a las familias y a quienes han sobrevivido a la tortura a que se unan a la lucha, pues entre todas y todos vamos a aprender de la defensa de nuestros derechos, impulsando foros, talleres, encuentros y peregrinaciones. Buscamos la erradicación de esta práctica que viola profundamente la humanidad de las personas y sus derechos humanos”.