La Secretaría de Protección Civil Estatal pidió a la población que tenga en consideración las quemas prescritas, esto con el objetivo de evitar que el uso del fuego para fines agrícolas se salga de control.
Dicha dependencia pidió guiarse de las recomendaciones de la NOM-0115-Semarnat/Agricultura-2023, así como solicitar la presencia de Protección Civil Municipal y Estatal.
Documento
Dicho documento estima que los incendios forestales son una de las principales causas que influyen directamente en la evolución de los ecosistemas. Sin embargo, la supresión constante del fuego, por suponer todo incendio como dañino, influye directa e indirectamente en las alteraciones de los regímenes del fuego de los sistemas ecológicos.
“El papel del fuego en la vegetación es ambivalente. En algunos ecosistemas, los incendios son esenciales para mantener la composición, estructura y procesos ecológicos, así como la diversidad y la productividad; en estos casos, el fuego funge como una herramienta importante y útil para alcanzar los objetivos de manejo del ecosistema”, estima el documento.
En México, dentro del periodo histórico de 1970 al 2023, el promedio de incendios forestales por año fue de siete mil; mientras que la superficie forestal con presencia de incendios se encontró en las 294 mil hectáreas aproximadamente. No obstante, dentro del periodo del 2011 al 2023 el promedio en superficie se incrementó a 532 mil ha. Adicionalmente, los años donde se presentó la mayor superficie forestal quemada fueron 1998, 2011, 2017, 2022 y 2023.
En los últimos tres años se presenció una tendencia al alza de áreas forestales quemadas, en comparación a los demás años.
Herramienta fundamental
Al respecto, las quemas prescritas son una herramienta fundamental para el manejo del fuego y, por ende, el manejo forestal de los ecosistemas, siendo una actividad que facilita el control de los combustibles forestales desde una perspectiva de costo-beneficio, lo que reduce los costos frente al método mecánico.
Así mismo deben implementarse bajo la maximización de los efectos benéficos del fuego, como los ecológico-silvícolas (por ejemplo, aumento de diversidad de especies del sotobosque, hábitat para la fauna, regeneración de arbolado o el incremento en área basal y volumen de especies maderables), los sociales (por ejemplo la preparación de terrenos para la siembra o la implementación de plantaciones), y los de prevención y combate de incendios (reducción de combustibles forestales y de peligro de incendio); así como llevando al mínimo los efectos negativos de todo tipo, por ejemplo, los ambientales (erosión, emisiones, mortalidad de fauna, entre otros), los sociales, los políticos y los económicos.
Las quemas prescritas se consideran parte de un proceso más amplio, integrándose al conjunto de intervenciones técnicas, institucionales y comunicativas dirigidas al logro de objetivos específicos de conservación de la biodiversidad y de los ecosistemas; protección y mejoramiento de las condiciones ambientales, restauración de áreas degradadas y producción sustentable de bienes y servicios.