Pintor de la calle, escultor en casa

“Si buscas resultados distintos no hagas siempre lo mismo”, dice en la imagen de Albert Einstein que previamente el artista ha plasmado en el papel. Ahora pinta el rostro de un niño. Él es pintor a lápiz, óleo sobre tela, escultor en madera y cemento. Intenta diferentes cosas. Él es Alexis.

Su mirada es fija y su pulso firme, sentado sobre una pequeña silla de plástico, el hombre de complexión delgada, cabello negro ondulado, viste ropa de mezclilla oscura, cinturón de cuero y tenis.

Aunque alrededor cientos gritan, corren, ríen, él mantiene la concentración: Su mirada fija en el modelo a pintar.

Esta vez, Alberto, de 11 años, es quien se deja retratar por el artista; le hacen una caricatura a lápiz y sus padres lo esperan en la banca de cemento.

Mientras su mano izquierda sostiene la cartulina tamaño doble carta, los dedos de la mano derecha hacen trazos certeros. Nunca corrige ni borra.

De vez en vez el pintor se agacha solo para cambiar de lápiz o tomar la navaja para sacar punta a su herramienta.

“¡Órale, mira, hace dibujos!, se parecen a los que hacía Leonardo Dicaprio en El Titánic”, -dice un niño- al ver al pintor que casi termina la caricatura de Alberto.

Transcurridos ocho minutos, el trabajo está listo, en un extremo Alexis escribe el nombre del cliente, en el otro, plasma su firma. A cambio recibe 50 pesos.

Una niña se contagia entusiasmada y se sienta en lugar de Alberto; luego una joven y al final adultos. Es un buen recuerdo de su visita al zoológico Miguel Álvarez del Toro.

Alexis pinta desde hace 11 años y lleva nueve trabajando en el ZooMAT. “Sábados y domingos, pero ahora por ser vacaciones está de lunes a viernes” Hay buena afluencia -dice-, más de cinco mil los días martes.

Sobre el caballete del pintor, hay imágenes terminadas, son de Cantinflas, Quico, Don Ramón, Vicente Fernández, Marilyn Monroe, entre otros.

“En la calle hago retratos, pero en casa hago trabajos más formales, como escultura en madera y cemento”, dice Alexis. También pinta óleo sobre tela.

“Le he trabajado al ayuntamiento de Tuxtla, tengo algunas esculturas, una de don Miguel Álvarez del Toro en el parquecito de la entrada”, dice.

Añade que tiene otra escultura en la terminal de la OCC, es de José Martí, está en la curva, me la pidieron y quedó muy bien”, dice satisfecho el artista.

Alexis conoce muy bien la paciencia. Una escultura completa le lleva hasta dos meses, si es un busto ocupa de 20 a 30 días. “Si me piden a Pancho Villa o a Zapata, a caballo, me llevo de tres a cuatro meses”, dice.

Alexis sabe que pocos se dedican al arte, porque la mayoría busca trabajar menos y ganar más; en el arte es a la inversa.

Alexis lleva nueve años en el ZooMAT y piensa seguir por más tiempo, pero rompe la rutina, siempre un dibujo diferente, prueba con distintos materiales, pues él como Einstein, cree que “si buscas resultados distintos, no debes hacer siempre lo mismo”.