Pinturas rupestres, obra de los dioses

“Templos, huesos y pinturas rupestres, para los lacandones, nunca fueron consideradas obras de los humanos, sino que eran consideradas creaciones y pertenencias de deidades creadoras”, explicó el arqueólogo Josuhé Lozada Toledo

En la sesión “El encuentro con los dioses, peregrinaciones y miradas lacandonas en torno al arte rupestre” para la Red Iberoamericana en Manifestaciones Rupestres, el especialista del Centro Chiapas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) analizó estas manifestaciones desde términos de movilidad y el paisaje relacional.  

Regiones lacandonas

Argumenta que en las regiones lacandonas de Chiapas hay cuatro tipos de sitios de obras rupestres. Primero, los riscos con pinturas y petrograbados vinculados a lagos y lagunas. El segundo lugar serían los bloques de piedra esculpidos aislados. En tercero, los planchones de piedra caliza grabada, y por ultimo, las cuevas con pinturas rupestres y con algunos petrograbados.

“Interpretar estos grafismos, nos invita a romper las fronteras conceptuales, con categorías propias de los lacandones, para ver cómo ellos entienden su mundo”, mencina.

En los sistemas lacustres del municipio de Ocosingo, por 15 años, el arqueólogo ha investigado lagos, cuevas y riscos; resalta que la presencia de estos incensarios y manifestaciones “hablan de las peregrinaciones”.

Los sitios en donde han aparecido hablan “de un territorio muy amplio, donde están transitando estos grupos, y nos habla de una gran diversidad de grupos que están llegando a peregrinar”, sostuvo.

Lago Metzabok

Resalta que en el lago Metzabok, a través de la navegación, colgado y en exploración subacuática, se ha llegado a registrar cinco riscos con pinturas rupestres.

“Hemos encontrado artefactos muy interesantes que nos hablan entonces de ciertos cultos que estaban desarrollando en tiempos prehispánicos, y abundan pinturas rupestres y petrograbados del periodo posclásico”.

“Los lacandones explican que los dioses hicieron las pinturas para marcar ciertos lugares, y en una entrevista hecha por la doctora Alice Balzani le mencionan que donde hay pinturas, los antiguos sabían que tenían que rezar y ahí iban a quemar copal e iban a pedir por la salud y sanación a los enfermos. Los antiguos sabían que los dioses vivían allí y te escuchaban”, expuso.

Recientemente, Josuhé publicó su libro “Arte rupestre en las casas de los dioses: Paisaje y peregrinaciones en las lagunas Mensabak y Pethá, Chiapas”.

En este libro ahonda el arte rupestre prehispánico e histórico presente en dos cuerpos lacustres del Sureste de México, ubicados en la Selva Lacandona: Mensabak y Pethá, mismos que cuentan con una gran riqueza arqueológica; este material es de libre acceso en la mediateca del INAH, por lo que se puede conseguir en https://mediateca.inah.gob.mx/repositorio/islandora/object/libro%3A975.