El control de plagas es un aspecto crítico en la agricultura, sin embargo, el uso tradicional de plaguicidas químicos es preocupante por los daños al ambiente, la resistencia que genera en las plagas y los riesgos para la salud humana, considerando que, tiene una efectividad del uno por ciento.
La intensificación de cultivos y el cambio de uso de suelo son factores que generan plagas. El incremento de zonas agrícolas por la gran demanda de alimentos es muy importante y la falta de enemigos naturales por el uso de químicos favorece su reproducción.
Especialista
Norma Zamora Avilés, investigadora de El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur), Unidad Tapachula, comentó que el control de plagas busca regular una especie mediante el uso de diferentes técnicas, como el control químico, biológico y físico o mecánico, el más usado es el primero mediante el uso de sustancias tóxicas.
Esos químicos se filtran en el suelo y contaminan el agua, además, matan tanto a los insectos malos como a los beneficiosos y acabar con estos puede causar un daño más pronunciado, además que los altos niveles pueden afectar la salud humana.
Los métodos más usados en áreas urbanas son los insecticidas en aerosol, que también son químicos, somos poco conscientes de proteger nuestra salud e identificar que sean desarrollados de forma sostenible.
El uso de estos productos ha generado problemas importantes a nivel ambiental, genera gran cantidad de residuos que se quedan en los mantos acuíferos, suelos, en el ambiente y los alimentos que se ingieren en casa.