Tras un periodo de prueba de tres meses, la comunidad gallística de Chiapas demostró su capacidad para realizar eventos de manera ordenada y segura, cumpliendo con todos los lineamientos establecidos por el gobierno estatal, informó Martín Wilmar Roblero Escobar, delegado estatal de la Sección Nacional de Criaderos de Aves de Combate.
En conferencia de prensa, Roblero Escobar, acompañado de integrantes de la directiva, detalló que la suspensión temporal decretada en noviembre de 2024 por el gobernador del estado fue vista por el gremio como una medida precautoria comprensible ante el contexto de inseguridad, con el objetivo de evitar aglomeraciones.
“Nosotros lo vimos con buenos ojos porque también tenemos la cultura y disciplina de abonar a la paz”, afirmó el delegado,
“pero también estábamos preocupados por la pérdida económica para los organizadores de eventos que ya tenían gastos programados”, expresó.
Gracias a las mesas de diálogo con el consejero jurídico del gobernador, Guillermo Nieto, se logró un acuerdo para un periodo de reactivación gradual desde abril hasta el 30 de junio de este año, sujeto a estrictos protocolos.
Roblero Escobar resaltó que durante este tiempo, en todos los eventos realizados en el estado no se registró “ningún saldo negativo de incidencias o de violencia”. Este resultado, documentado con evidencias, videos y testimonios, fue calificado como una “satisfacción grandísima” para el sector.
Los lineamientos a seguir incluían: contar con un aviso de cateo de la Sección Nacional, la anuencia de la autoridad municipal, señalización de Protección Civil, botiquín, extintores, y la presencia de un médico veterinario y otro de primeros auxilios en cada evento.
“El decreto nos enseñó a organizarnos. Sabíamos que teníamos que cumplir con todos los requisitos para que el evento fuera legal y así lo hicimos”, explicó.
Por su parte Alejandro Altuzar, coordinador estatal, dijo que el sector gallístico juega un papel importante como motor económico en Chiapas.
Informó que se calcula una derrama económica semanal de aproximadamente 2 a 2.5 millones de pesos, considerando que se realizan entre 40 y 50 eventos, con una utilidad promedio de 50 mil pesos por evento.
Además, destacó que la actividad genera miles de empleos directos e indirectos, desde criadores y cuidadores hasta servicios de transporte, fabricación de jaulas, alimentos y logística para exportación hacia Centroamérica.
Detalló que, con el éxito del periodo de prueba, los galleros se reunieron nuevamente con el consejero jurídico para negociar un nuevo decreto que permita la temporada regular del 1 de noviembre al 30 de junio.