Para las mujeres tseltales y tostiles de Los Altos de Chiapas, el telar de cintura y el bordado es más que una tradición, es una estrategia de supervivencia en una economía que poco valora su arte.
Una investigación revela el contraste entre el colorido de sus textiles y la gris realidad de políticas públicas que, pese a existir sobre el papel, no logran hilarse con la urgencia de sus necesidades.
Análisis
Un estudio académico reciente que recoge las voces de veinte artesanas de nueve municipios contenido en el libro “Políticas públicas, derechos humanos y sustentabilidad en el marco de los estudios regionales” de la Universidad Autónoma de Chiapas (Unach), analiza la percepción de las mujeres indígenas artesanas de la región sobre las políticas públicas diseñadas para apoyarlas y el impacto real de estas en su calidad de vida.
La investigación, realizada por las doctoras Imelda Cruz Solís y Elisa Cruz Rueda, se basó en entrevistas en profundidad a mujeres tseltales y tsotsiles, cuyas edades oscilan entre los 24 y 65 años bordadoras y tejedoras.
El artículo destaca que si bien existe un marco jurídico robusto a nivel internacional y nacional que obliga al Estado a implementar acciones para mejorar las condiciones de vida de las mujeres indígenas, estas políticas presentan serias deficiencias.
Estrategias adoptadas
Las entrevistadas relataron las estrategias que adoptan para sobrevivir económicamente, como capacitarse en nuevas técnicas, diversificar diseños y materiales y adaptarse a los gustos del mercado, principalmente turístico. Sin embargo, su labor se ve constantemente subvalorada.
“El problema de ahorita es que no se vende muy bien, muchas mujeres lo vienen a rematar. Vienen a vender a muy bajo precio”, relató una artesana identificada como Lupita. Un monedero que lleva entre dos y tres horas de trabajo puede venderse por apenas 15 o 20 pesos, una cifra que no refleja el valor real de la mano de obra.
Uno de los hallazgos más críticos del estudio es la casi nula protección efectiva contra el plagio de sus diseños tradicionales. Aunque existen iniciativas legislativas a nivel nacional, estas no se han traducido en acciones concretas y accesibles para las artesanas a nivel comunitario.