“El abandono del tratamiento del cáncer infantil es común. Muchos viven al día y priorizan subsistir sobre la salud”, explicó la oncóloga pediatra, Rocío Ramos Lira, del Hospital de Especialidades Pediátricas de Chiapas. Agregó que en Chiapas, la complicada geografía y falta de acceso a servicios médicos especializan más los tratamientos.
Ramos Lira alertó sobre los retos en el diagnóstico y tratamiento del cáncer infantil durante un foro organizado por autoridades locales. Con datos crudos y un llamado a la acción, destacó que en el estado, el 80 % de los casos se detectan en etapas avanzadas, lo que limita las opciones terapéuticas.
“Para estos niños, siempre hay algo que hacer. El cáncer no es sinónimo de muerte, sino de lucha por la vida”, subrayó.
Expuso hay familias de comunidades remotas que enfrentan traslados de hasta 8 horas para poder llegar a un hospital.
Además, señaló que la falta de capacitación en médicos de primer contacto retrasa el diagnóstico: síntomas como fiebre persistente, pérdida de peso o bultos anormales suelen confundirse con enfermedades comunes.
La oncóloga enfatizó la necesidad de capacitar a médicos y familias en señales de alerta. La fiebre persistente sin causa aparente, dolores de cabeza nocturnos con vómito, bultos en cuello, abdomen o ingles, moretones o sangrados espontáneos y pérdida de peso y fatiga extrema, deben tomarse en cuenta y de aparecer acudir inmediatamente a un médico.
Mientras en países ricos la supervivencia supera el 80 %; en regiones como Chiapas apenas alcanza el 20 %. “La diferencia es abismal: sin insumos ni infraestructura, los niños están condenados”, lamentó Ramos.
Sin discriminación
“El cáncer infantil no discrimina: puede aparecer desde los primeros meses de vida hasta los 18 años. La clave es sospecharlo”, recalcó.
Ramos urgió a integrar el cáncer infantil en la agenda política: “Es una enfermedad que quiebra economías familiares y satura sistemas de salud”.
Reconoció el papel vital de asociaciones civiles y donadores en la compra de medicamentos, pero exigió mayor inversión estatal en equipos y formación médica. “En Chiapas, cada niño diagnosticado a tiempo es una victoria. Necesitamos unir esfuerzos para cambiar estadísticas grises por historias de esperanza”, concluyó.