Presentan trabajos en Templo del Sol

Trabajos de resane, limpieza de crestería y pilastras, preservación de elementos decorativos hechos en estuco, fueron alguno de los trabajos que realizó un conjunto de conservadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Chiapas, quienes presentaron los resultados de los trabajos de restauración y conservación en el Templo del Sol, de la zona arqueológica de Palenque.

Los restauradores Haideé Orea, Jorge Coraza y Constantino Armendáriz, respaldados por un equipo de colaboradores, ejecutaron estas tareas, además de trabajos de resane, e impermeabilización total de la parte superior del templo.

Intervenciones

Las intervenciones se realizaron sobre la parte superior y frontal del Templo del Sol, perteneciente al denominado Grupo de Las Cruces, edificio explorado por primera vez por Miguel Ángel Fernández en 1939.

La Subdirección de la zona arqueológica y el Museo de Sitio de Palenque, expresaron reconocimiento y agradecimiento a los profesionistas en el campo de la conservación y restauración que encabezaron esta labor de preservación del edificio que pertenece al complejo de Palenque, que obtuvo el registro de Patrimonio de la Humanidad de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en 2020.

La restauradora del INAH, Haydée Orea, detalló que los trabajos en El Templo del Sol no pudieron ser incluidas en los fondos del Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza).

La coordinadora general de la Sección, precisó que al no cubrirse la tarea de Promeza en este recinto, “la Sección de Conservación asumió intervenir el edificio” en el que se hizo la limpieza de todos los estucos, limpiando las decoraciones, un santuario en el interior, los restos de estuco y pintura mural que tiene pilastras con personajes.

Complejo y edificio

El Templo del Sol se ubica en la parte oeste de la explanada que conforma la plaza del Grupo de las Cruces, una plaza cívico-religiosa que se encuentra al sureste del arroyo Otulum y a un costado de la ladera del cerro modificado para asentar las construcciones; es considerado el conjunto ceremonial más importante.

Su fachada principal da al Este. Su parte posterior tiene una pendiente que fue recubierta como un muro de contención.

Representó la región subterránea y su deidad patronal fue K’inich Ahaw Pakal, Escudo del Señor de Rostro Solar, también llamado Sol Jaguar del Inframundo.

Tiene sobre su techo una crestería, un elemento propio de las culturas mayas; la de este templo consiste en una superestructura ligera que tuvo motivos de estuco modelado y policromado.

De hecho, Alfred Maudslay logró en 1890, documentar y elaborar una detallada reconstrucción de la crestería, “en donde se aprecia un gran mascarón del Monstruo de la Tierra, de cuya frente hendida surge la figura sedente de un gobernante”, resalta Antonio Benavides Castillo en una investigación sobre “Las cresterías mayas”.

“Este sostiene una barra de mando con cabezas serpentinas en ambos extremos. Cuatro figuras de dioses flanquean a los elementos anteriores y toda la escena es enmarcada por los bordes de la crestería, en donde aparecen cartuchos rectangulares con símbolos celestes”, detalla el investigador.