Con la prevalencia del matrimonio a edades tempranas, Chiapas tiene una de las tasas más altas a nivel nacional de matrimonio por cada mil habitantes, reveló el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), que presentó cifras con motivo al Día del Amor y la Amistad.
De acuerdo al Instituto, durante el 2022 Chiapas presentó una tasa de matrimonios de 7.23 por cada mil habitantes de 18 años y más, ocupando el quinto lugar a nivel nacional.
Año en el que se concretaron 25 mil 533 matrimonios en Chiapas, de los cuales 10 fueron hombres contrayentes del mismo sexo y 31 eventos de mujeres con mujeres.
Según el Inegi durante 2022 se registraron 507 mil 052 matrimonios en México, lo que representa un incremento de 11.9 % respecto a 2021. La tasa nacional de matrimonios por cada mil habitantes de 18 años o más, fue de 5.7.
El costo de un matrimonio en Chiapas depende de varios factores, como el día, la hora y el lugar de la celebración; los datos que ofrece la página web del Registro Civil de la capital chiapaneca indican que los costos van desde los mil 802 pesos, por el registro de matrimonio en la oficialía, en días y horas hábiles; hasta los cuatro mil 452 pesos, cuando el registro se hace a matrimonio a domicilio, fuera de la cabecera municipal, en días y horas inhábiles.
Estos precios pueden variar según el año y el municipio, así que lo recomendable es consultar con la oficialía del Registro Civil.
También hay otros métodos, como las bodas colectivas que tienen un precio que ronda entre los 600 y 700 pesos.
Chiapas es una de las entidades con mayor volumen de nacimientos de madres niñas de 10 a 14 años, registrándose 826. El matrimonio infantil es ilegal desde el 2022 en el país, sin embargo, los estados con mayor número absoluto de mujeres indígenas casadas o unidas antes de los 18 años, son Chiapas, Oaxaca y Guerrero.
En algunos de los pueblos y comunidades indígenas en nuestro país, de acuerdo a la Comisión Nacional de Población, se ha documentado el matrimonio infantil por usos y costumbres en pueblos como los tsotsiles y tseltales, que intercambian o venden a sus hijas por dinero, ganado o terrenos.
Los mixtecos o tlapanecos de Guerrero, que entregan a sus hijas a cambio de una dote o para resolver conflictos familiares o comunitarios. O los huicholes de Jalisco, que casan a sus hijas con hombres mayores que las eligen durante las fiestas rituales.