Prevención permanente ante la rabia bovina

La rabia paralítica bovina es una enfermedad infecto-contagiosa de origen viral agudo y mortal que afecta el sistema nervioso central de los bovinos y mamíferos susceptibles como ovinos, caprinos, porcinos y equinos, incluso del humano.

De acuerdo al último reporte de la Dirección de Campañas Zoosanitarias del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), la rabia paralítica bovina se considera endémica en algunas regiones de 25 estados de la República mexicana.

Se definen por el número de casos positivos, la presencia de murciélagos hematófagos y las condiciones ambientales como climas cálidos, con una temperatura media de 25 grados, además de zonas ganaderas y la presencia de refugios naturales o artificiales.

Se distribuye desde el sur de Sonora hasta Chiapas, por la costa del golfo de México del sur de Tamaulipas hasta la península de Yucatán. Es considerada de alta importancia para la salud pública, debido a que es una zoonosis.

Tan sólo durante el primer trimestre del 2018 se reportaron en México 120 casos de rabia paralítica bovina, distribuidos en 18 estados, siendo Veracruz el estado con el mayor número de casos, debido a que su territorio es de clima cálido-húmedo, con una temperatura promedio anual de 23 grados y humedad relativa del 75 %.

Estos factores son ideales para que el murciélago hematófago se reproduzca, haciendo de la rabia una enfermedad predominante en la zona. Este es el principal transmisor y se encuentra en bosques y plantaciones del país.

La enfermedad se transmite a través del contacto con la saliva de los animales infectados, ya sea por mordedura, contacto directo de mucosas o alguna herida en la piel.

El principal problema que ocasiona la rabia paralítica bovina son las afectaciones económicas al sector pecuario; este rubro aporta tan sólo en lo que a ganado bovino se refiere, alrededor de 480 millones de dólares a través de la exportación de ganado en pie y 68 millones de pesos en la producción de leche.

Bajo ese contexto, en México se aplican medidas para tratar de reducir el riesgo de infección en las poblaciones ganaderas y crear una barrera entre la fuente animal de la enfermedad y los humanos.

Estas medidas son atendidas por el Senasica, a través de la Campaña Nacional para la Prevención y Control de la Rabia en Bovinos, por lo que es indispensable participar en las campañas de vacunación de hatos ganaderos, así como en el control del murciélago hematófago, el cual es el principal transmisor de la enfermedad.