Los rituales para recibir el equinoccio de primavera dentro de la cultura maya-mam son importantes, no solo para recargar energía y abundancia, sino porque es parte del conocimiento de la ciencia ancestral y el legado de los abuelos mayas que se establecieron en Mesoamérica y, especialmente, en esta región de Guatemala y Chiapas, señaló en entrevista “el Tata” Diego Toc, miembro del Consejo Internacional de la región Soconusco y promotor de la cultura.

Mencionó que la llegada de la primavera es una oportunidad para agradecer a la Madre Tierra lo que nos da y pedir por la paz. Los rituales deben llevar a uno a reflexionar, y hacerlos en cada una de las estaciones del año.

En esta ocasión, en México así como en muchas partes del mundo, se celebraron los rituales, entre los más importantes están la bajada de la serpiente emplumada en Chichén Itzá, los ceremoniales en el templo de Abajo en Guatemala y el Quetzalcóatl en la Ciudad de México.

Ciclo

El Tata se refirió a esta región de Chiapas donde se ubica la Zona Arqueológica de Izapa. Dijo que aquí hay una columna de piedra donde se especifica justamente este cambio de tiempo, el inicio de primavera que representa el despertar de la nueva naturaleza junto a todo aquello que significa: nuevos frutos, el verdor de la naturaleza y el calor que se necesita para que se produzcan muchas semillas.

Sobre los rituales que se realizan, comentó que estos están enfocados a realizar los cambios personales a nivel de energías positivas con el sol del inicio de primavera, por lo que muchas personas acuden a centros ceremoniales prehispánicos creados por los indígenas del México antiguo.