La productora de maíz, María Luisa Gordillo Mendoza, quien cultiva con un sistema para mejorar la salud de los suelos y obtener mayores rendimientos, detalló que en sus cultivos aplica una agricultura de conservación para proteger la agrobiodiversidad, por lo que alterna la siembra con leguminosas y produce abono orgánico.
Con la aplicación de estas tecnologías logró incrementar la producción de maíz híbrido, al pasar de tres a 8.5 toneladas por hectárea, lo que incidió en el bienestar de su familia y contribuyó a la conservación y enriquecimiento del suelo agrícola, detalló.
Congreso
La productora estuvo presente en las actividades del Congreso Interamericano de Agua, Suelo y Agrobiodiversidad 2024, que constó de conferencias, conversatorios y paneles, con la participación de productores de varias partes del país.
Junto a otros productores del estado, Gordillo Mendoza, del ejido Nuevo México, municipio de Villaflores, participó en el conversatorio “Casos de Éxito”, donde compartió su experiencia con la práctica de agricultura de conservación desde el año 2016.
Aseguró que ella contó con el acompañamiento técnico del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (Inifap), logrando elevar los rendimientos, recuperar la salud del suelo, mejorar la biodiversidad y resistir más los daños por la sequía, usar menos herbicidas y mejorar la eficiencia de los fertilizantes.
Desarrollo de los cultivos
Especialistas resaltaron que en los agroecosistemas tradicionales se promueve y da continuidad al desarrollo de los cultivos, a la diversidad genética, a través del manejo y selección de semillas en cada ciclo agrícola y por la selección de semillas que realizan los agricultores.
Recomendaron, ante el cambio climático y la pérdida de ecosistemas, reforzar en el sector agrícola la difusión de los beneficios de mantener la diversidad genética, e incentivar la participación de los productores de pequeña escala y de expertos en investigación.