"Héctor Narváez * CP. Luego de la devastación de Stan, la problemática del campo y la ganadería en el municipio de Huixtla no refleja un panorama alentador sino al contrario, oscuro. Sobre todo, porque no se atiende la inquietud de reestablecer los caminos a las comunidades, principalmente a aquellas zonas donde existen cosechas de cana, cacao y café, porque de lo contrario se va perder la producción.

El especialista en la materia, Raúl Flores Chacón, citó como ejemplo su caso en donde sus 25 hectáreas de cana quedaron en el agua, en las cuales espera que exista lodo, porque si están enterradas con arena, prácticamente se perdió el terreno. Dio otro dato preocupante, como la probable pérdida del 25 ó hasta 50 por ciento de la producción de azúcar que arrojaría para este ano el Ingenio Belisario Domínguez -ubicado en la zona baja de este municipio-, que estaba calculado en un millón de toneladas.

Indicó que existe el Faprac -un fondo para los productores rurales para contingencias-, pero el cual se queda minúsculo ante tan gigantesco desastre. Y también se refirió a que las instancias no van a soltar la ayuda en dinero del Fonden, sino en especie.

""Esto ya está provocando que muchos estén pensando en emigrar a otras partes, o a los Estados Unidos, porque ya quedamos etiquetados como un municipio de riesgo que para dentro de dos a cinco anos nos puede tocar más duro"", anticipó.

Y en contraparte, el coordinador de Comncafé, Luis Anuario Herrera, aún no cuenta con los danos totales de las 130 mil hectáreas de café en el Soconusco y la Sierra.

Explicó que por parte del Gobierno Federal vendrá un recurso dentro del programa Faprac, el cual consistirá en el pago de cinco mil pesos por hectárea siniestrada con dano total y dos mil 500 pesos para la media hectárea.

De igual forma, en aquellos productores de los 52 mil que existen en Chiapas que posean más de cinco hectáreas habrá un programa especial donde también se van a considerar los danos de las fincas cafetaleras.

Así también, a la deriva quedaron otros problemas, como fue la rehabilitación del tramo carretero de Villa Comaltitlán, en el Puente Vado Ancho, que hasta después de 15 días se cumplió con lo que desde con mucha anticipación prometió la Secretaría de Comunicaciones y Transportes que iba a estar disponible.



Retención de despensas

Como evidente fue la inconformidad en contra de aquellos funcionarios municipales que se agenciaron despensas para su beneficio personal, como el caso del primer regidor, Ramiro Hernández Gramajo, el director de Protección Civil, Arturo Hernández Gramajo, y Romeo Hernández Gramajo, que se encuentra en Alcoholes en la Dirección de Salud Municipal.

Por eso se esperaba que un grupo importante de damnificados y demás organizaciones sociales presentaran su queja ante la Secretaría, pero todo quedó resumido en una intención.

Este escándalo comenzó por la incautación por parte del Ejército de 300 despensas que había sido guardadas en la Casa Día y que sólo mediante una orden de Sedesol se podrían ocupar, pero como las aguas empezaron a llegar decidieron enviarlas al Conalep, en donde estuvieron ocho días más. La mercancía como maseca, galletas, pasta y arroz se empezaron a echar a perder. Para cuando llegó el Ejército se dice que algunos alimentos tuvieron que ser tirados a la basura para utilizar lo que quedaba en buen estado.

La otra versión -no oficial- recogida entre los habitantes es que se quisieron esconder esos alimentos, justo cuando el pueblo sufría de hambre.

También el director de Obras Públicas, Bladmir Stalin, que estaba llevando varias cajas con víveres a su casa, parte de las despensas que llegaban para los damnificados. Incluso, hasta el descaro del secretario particular del alcalde de Huixtla, David Palacios, quien fue cuestionado por una periodista sobre cuántas despensas se había llevado para su casa, a lo cual respondió: ""No sé. No me acuerdo cuántas me llevé"".

Otra queja es sobre la ayuda que del magisterio de Tlaxcala de la Sección 34 y que dejó en Tapachula y Huixtla alrededor de 30 toneladas en víveres y ropa. Fue entregada al IDH de Huixtla, a Javier Domínguez, pero se desconoce su destino.

De igual forma de San Cristóbal de Las Casas mandaron una gran cantidad de víveres y dinero, sin embargo, fue retenida en los retenes oficiales del Gobierno Federal y no fue posible que las personas pudieran llegar hasta los damnificados.

Representantes del estado de Morelos, a quienes por parte de las autoridades federales y estatales se les pretendió prohibir que llegaran a las zonas de desastre, sin embargo, cedieron ante la negativa de los grupos de no dejar su carga en manos de autoridades, por lo cual la ayuda llegó a cuenta gotas a los damnificados y todos los funcionarios hicieron ""su agosto"".



Empleo temporal

Las constantes denuncias de los jornaleros que fueron utilizados dentro del programa de empleo temporal del atraso de su pago hasta la fecha. Pero los quejosos explicaban que las brigadas fueron contratadas tanto por el Ayuntamiento, a través del coordinador de Copladem, Sergio Hernández Roblero, del supuesto Consejo Municipal de Reconstrucción de Huixtla, contratado por Carlos Salazar Gam, y hasta de la Secretaría de Desarrollo Social.

Se trataba de más de mil hombres, particularmente de aquellos de otros municipios que fueron requeridos sus servicios con enganos. Víctor Nájera explicó que desde el pasado 15 les han prometido que les pagarían, pero todo fue una mentira. Se mostró preocupado por el atraso de su pago, porque atrás de ellos se encuentran cientos de familias que están esperanzadas en que no les faltarán alimentos en esta dura crisis que se vive.

Les dieron un pago a este grupo inconforme, pero al parecer no les entregaron completo sus jornales, pues recibieron 70 de 85 pesos que les habían prometido. Por lo menos así lo reconoció Hernández Roblero, al decir no les ha pagado a 10 por ciento porque no legaron en el día que habían fijado las autoridades municipales para entregar el salario, y otros porque están pendientes con sus papeles, lo cual ""no es nuestro problema"", declaró.

En la primera etapa se utilizaron 917 jornaleros, los cuales fueron reemplazados en esta segunda etapa para sustraer el lodo y los escombros de las calles y las casas del centro de la ciudad. Hasta el momento se desconoce cuántos jornaleros se ocupan.

Incluso, hasta el representante del Comité de Reconstrucción, Carlos Gam, metió una lista de trabajadores de empleo temporal que eran de familias de dinero, lo cual fue rechazado por las autoridades municipales.

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