José Luis Llanes Lagunas y Mauricio Montes Castro, consultor y representante en Chiapas de Códice, respectivamente, declararon que sometieron a verificación la reforma al artículo 27 Fracción F apartado 2 de la Ley General de Para el Control del Tabaco (LGPCT).
En ella se dispone que “en lugares con acceso al público en áreas interiores de trabajo, públicas o privadas, incluidas las universidades e instituciones de educación superior podrán existir zonas exclusivamente para fumar, las cuales de conformidad con las disposiciones reglamentarias”.
La ley especifica en su fracción segunda “espacios interiores aislados que dispongan de mecanismos que eviten el traslado de partículas hacia los espacios 100 por ciento libres de humo de tabaco y que no sea paso obligado para los no fumadores”.
Sin embargo consideraron necesaria la modificación a dicho inciso del reglamento a la siguiente manera: “En lugares cerrados al contactos al público, o en áreas interiores de trabajo, públicas o privadas, incluidas las universidades e instituciones de educación superior, no podrán existir áreas para fumar”.
Se considera que es mejor esa transición en el reglamento, para evitar posibles resquicios que permitan fumar en lugares interiores y que afecten a los chiapanecos. En ocasiones los aparatos verificadores de humo que usan los inspectores están mal calibrados y eso incide.
La iniciativa de ley para el estado de Chiapas se presentó el pasado 27 de noviembre ante las autoridades y el 4 de diciembre pasado el secretario de Gobierno lo presentó ante el pleno del Congreso. Actualmente están a la espera de una resolución que sea favorable.
Los estados de la República donde se han llevado a cabo esta reforma de ley han sido Veracruz, Tabasco y Oaxaca, en el Sureste mexicano, mientras que en el resto del territorio nacional son las entidades de Baja California, Baja California Sur, Sinaloa, Nuevo León, Zacatecas y el estado de México.
Llanes Lagunas y Montes Castro destacaron que la reforma a la Ley General de Control Para el Tabaco no significará pérdidas para los restauranteros, sino todo lo contrario, ya que al ser más la población abstinente que la fumadora, se verán incrementadas las visitas a comercios.