Proponen rutas alternas, para sustituir al Conejobus

Placas para prestar el servicio, vehículos nuevos y hasta rutas alternas de trabajo, son parte de la propuesta que tiene la Secretaría de Movilidad y Transporte del estado, a cargo de Aquiles Espinosa García, para desaparecer en los siguientes meses el transporte público conocido como Conejobus en Tuxtla Gutiérrez, así lo revelan diferentes oficios enviados a los socios de la empresa.

En uno de los escritos, fechado al 2 de julio, el funcionario expresa la urgencia de la realización de la Primera Sesión Ordinaria del Consejo de Administración (misma que estaba programada para este lunes 6 de julio) para abordar los temas relacionados con el ejercicio fiscal 2020.

Sin embargo, los 105 socios que en la semana protestaron por la falta de pago en este año, recordaron a la secretaría que un porcentaje considerable de los concesionarios son personas de la tercera edad y, por lo tanto, población vulnerable para moverse en estos momentos de emergencia sanitaria.

Lamentablemente, la advertencia de desaparecer el Conejobus (creado en el 2009 para mejorar el servicio) cobró fuerza desde el 2019; desde ese año se advirtió que las unidades estaban en malas condiciones, sin embargo, al inicio, las autoridades en ese momento presumieron que los vehículos contarían con tecnología de punta y hasta usaría diésel, pero está en bancarrota.

Al cierre del año pasado, durante la etapa de comparecencias, Espinosa García no sólo reveló que Chiapas enfrentaba un problema de “pirajate” superior a las 53 mil unidades, también confesó que el Conejobus va a desaparecer debido a que están en quiebra, que en los últimos años han invertido más de 280 millones de pesos y que costaría al gobierno de Chiapas otros 220 millones de pesos, dinero que no se invertirá.

En ese mismo sentido, en aquel momento recordó que al inicio de la estrategia en materia de transporte incluyó a 113 unidades que mejorarían todo el servicio en la principal avenida de Tuxtla Gutiérrez, sin embargo, la mala administración llevó a que la mayoría de los vehículos quedaran inservibles y ahora, entre la ruta 1 y 2, sólo operan 38 unidades.

“Todos los socios transportistas que integramos esta sociedad mercantil dependemos al 100 por ciento de los ingresos de esta actividad que usted preside”, remarca un documento que firman los inconformes.

Al inicio, el Conejobus funcionó como un transporte seguro y hasta de calidad, debido a que las unidades estaban climatizadas, en buenas condiciones y contaba con descuentos para estudiantes o adultos mayores; sin embargo, conforme avanzaron los meses, el deterioro de los vehículos y hasta el mal servicio de los conductores fue evidente.

Por el momento, los socios reclaman a las autoridades hacendarias el pago de siete meses en este año (de enero a julio), con un acumulado de 21 millones 858 mil 951 pesos; no obstante, tampoco han tenido una respuesta de la Secretaría de Movilidad y Transporte para justificar ante el grupo molesto las razones del atraso en los depósitos.

Que no haya recursos económicos para 105 personas, dijeron, los deja en un estado de indefensión para cubrir las necesidades de salud, sustento familiar o de vivienda. Argumentando que la mayoría son de la tercera, enfatizaron, es urgente que las autoridades paguen lo pendiente, debido a que también requieren de otros insumos.

Finalmente, los socios urgieron al titular de la secretaría a que gire todas las instrucciones necesarias para cubrir el adeudo en el Conejobus, donde el 49 por ciento de las acciones las tienen los inconformes, sin embargo, el 51 por ciento está en manos del gobierno.