Herederos de una gran diversidad lingüística y cultural, llenos de costumbres y tradiciones ancestrales, los pueblos indígenas, aunque plurales, comparten aspectos comunes y desafíos semejantes en esferas como derechos humanos, medio ambiente, educación y salud. Para afrontarlos y resaltar su importancia, cada año se celebra el Día Internacional de las Poblaciones Indígenas el 9 de agosto.
De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), Chiapas se encuentra entre los tres estados con mayor diversidad y concentración de población originaria, ocupando el tercer lugar de hablantes en lengua materna con el 27.9 %, luego de Yucatán con el 28.8 % y Oaxaca con el 32.5 %, y el primer lugar de monolingües a nivel nacional.
El territorio
De acuerdo al director de Proyectos Productivos de la Secretaría para el Desarrollo Sustentable de los Pueblos Indígenas, Jorge Augusto Villatoro Domínguez, el 26.33 % de la población de Chiapas es indígena, sobre una extensión de 73 mil 311 km2.
El problema del territorio, destaca, es la deforestación, pues tan solo en 2020 se perdieron 45 mil hectáreas, para 2021 se perdieron más de 60 mil. “El problema es que ha ido en aumento y el otro problema es que es una deforestación sin respuesta”, además destaca que el 31% del territorio se ha modificado a un sistema ganadero, principalmente sobre los territorios indígenas.
La situación de los pueblos originarios, resalta, “resulta ser una paradoja”, pues estos “viven de manera más directa las condiciones climáticas, al tener una estrecha relación con la naturaleza”.
Sin embargo, por “condiciones desafortunadas”, las carencias son elevadas y sin otro medio que pueda satisfacer sus necesidades, “tendrán que encontrar los medios para solventarlos de la naturaleza”.
Para Villatoro Domínguez se trata de un “círculo vicioso y el reto es responder dónde y cómo romperlo, para que, por ejemplo, la ganadería se haga pero bajo determinados esquemas o que se pueda tomar el agua de cualquier afluente”. Y argumenta que es un vínculo de responsabilidad entre la sociedad y gobierno, bajo un esquema educativo.
“Nosotros”
Javier Vargas Mendoza trabaja actualmente en “Educar nos transforma”, quien estuvo conviviendo y militando en la organización de comunidades indígenas de Chiapas en los años 60 y 80. Cuenta que un día se encontró, en el camino, con Sebastián Hernández Meza, ex presidente del Congreso Indígena.
—Le dije hola, hermano, de dónde vienes; en su lengua, él respondió y me llamó la atención que dijo: “vengo de nuestra milpa”, refiriéndose a su parcela de trabajo, porque la milpa y el maíz no es de uno, pertenece a todos; asimismo, para ellos, el agua, la tierra, toda la naturaleza y ecosistema es de todos y por lo tanto la comunidad es de todos.
“Este entendimiento es muy poderoso porque ese “nosotros” es la relación que tienen con el todo”, acota. Explica que con los cambios constitucionales realizados por Salinas de Gortari se quebrantaron estos conceptos y el espíritu comunitario, fraccionando el vínculo por la tierra, pues ahora “el territorio se vende”.
Sin embargo, destacó que la filosofía comunitaria y sistemas propios de gobierno han persistido a pesar del impacto con el individualismo, reflejado en las tradiciones.
EZLN
El movimiento zapatista fue uno de los actores sociales que tuvo una fuerte incidencia en México y América Latina en el reforzamiento de la defensa del territorio; sobre este mismo tema, es importante destacar que ya son 19 años de la creación de los Caracoles del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), además de las Juntas de Buen Gobierno.
Como dato histórico, entre el 8 y 10 de agosto de 2003, en el entonces Aguascalientes de Oventic se celebraría la fiesta del nacimiento de los Caracoles y las Juntas de Buen Gobierno (JBG) zapatistas, como culminación de una serie de cambios surgidos en el EZLN y los 27 Municipios Autónomos Rebeldes Zapatistas (Marez).
Decisión que surge luego de un análisis crítico y autocrítico sobre el funcionamiento, los problemas que habían enfrentado y su relación con la sociedad civil mexicana e internacional, y supondría un avance importante en el proceso autonómico que el zapatismo abrazó con las comunidades y pueblos indigenas del país.