La iglesia católica pidió estar atentos a los posibles escenarios que emanen en materia de migración, esto en el marco del arranque del mandato de Donald Trump como presidente de Estados Unidos a partir de este lunes, así como la ejecución de sus políticas migratorias.
Duplican petición de ayuda
Lo anterior, luego de que la fundación Cáritas Tuxtla, una asociación de ayuda humanitaria perteneciente a la iglesia católica, informó que se ha multiplicado en un 100 por ciento el número de migrantes en la entidad que acuden a buscar ayuda.
“Tenemos una duplicación de la presencia de los migrantes, y que como bien dicen, ya no los vemos ahora acá en la OCC, porque los han expulsado de la Plaza Sol; pero en cambio están abarrotando la calzada de la carretera Villaflores o el parque de Santo Domingo”, expuso el padre Gilberto Hernández García, asesor de la pastoral social de la Arquidiócesis de Tuxtla y director de Cáritas Tuxtla.
El párroco destacó que este aumento no solo evidencia una mayor vulnerabilidad de las personas migrantes, sino también la necesidad de fortalecer las redes de apoyo comunitario para atender una problemática que afecta tanto a quienes transitan como a las comunidades receptoras.
Ante este panorama, la Pastoral de Movilidad Humana ha lanzado un llamado a la solidaridad y la acción inmediata. “Es indispensable que la población mexicana esté atenta a las dinámicas locales, nacionales e internacionales, y responda con empatía y compromiso a los retos de la migración, las deportaciones y las solicitudes de refugio”, señalaron sus representantes.
La Conferencia del Episcopado Mexicano también ha emitido un mensaje claro y contundente, exhortando a todas las Arquidiócesis, Diócesis, parroquias, instituciones educativas, grupos laicales y comunidades católicas a unirse en este esfuerzo colectivo de ayuda.
“Debemos ponernos en el lugar de nuestros hermanos migrantes, quienes, al ser deportados, enfrentan el dolor de la separación familiar, el desarraigo y la pérdida de los frutos de años de trabajo y sacrificios. Su sufrimiento va acompañado de un profundo temor y una incertidumbre paralizante. Es nuestra responsabilidad cristiana orar por ellos, brindarles apoyo material y ayudarlos a integrarse en nuestras comunidades con dignidad y respeto”, señalaron los obispos de México.