Los animales que fueron rescatados (un puma y dos coyotes) del santuario “Black Jaguar-White Tiger”, y que ahora están en las instalaciones del Zoológico “Miguel Álvarez del Toro”, pasarán 30 días bajo observación y después serán sometidos a estudios clínicos para analizar en qué condiciones de salud se encuentran, enfatizó Joe Miceli Hernández, coordinador estatal para el Mejoramiento del ZooMAT.
En una revisión preliminar, dijo, se observó que estaban en condiciones adecuadas para hacer el traslado hasta Chiapas. En el caso de los coyotes, se trata de una hembra y un macho, ambos jóvenes, con no más de tres años de edad.
El puma auxiliado también es macho, de entre dos años y medio a tres. En el área de cuarentena recibirán un dieta alimenticia y vigilancia en su comportamiento. Por la situación del viaje, que duró unas 13 horas, los animales están en una fase de estrés.
Revisión detallada
Una vez que estén adaptados a los recintos, se harán evaluaciones asociadas a la extracción de muestras de sangre, orina y heces para verificar al 100 % el estado de salud. Aún no es un hecho que se pasen al área exhibición, el objetivo central fue el rescate.
Para quienes se preguntan por qué solo tres animales se trajeron a Chiapas de los casi 200 que habían en el santuario, la explicación que se dio es que el ZooMAT es un sitio con fauna nativa y solo el puma y los coyotes entraban en la lista de los que se ubican en las diferentes regiones. Se descartó traer leones o tigres, toda vez que no forman parte de la colección local.
Otro factor para la elección de las especies fue la capacidad que tiene el zoológico. Aunque en el “Black Jaguar-White Tiger” había jaguares, Hernández detalló que no se podían recibir, debido a que no se tiene más espacios para estos individuos.
Contexto
El Zoológico “Miguel Álvarez del Toro”, ubicado en Tuxtla Gutiérrez, contaba con una pareja de pumas en edad avanzada. El macho, por los años de vida, empezó a desarrollar problemas de salud pero la enfermedad lo mató el año pasado.
Después se recibió a otro ejemplar proveniente de Oaxaca (también producto de un rescate) y es el que probablemente pueda entrar a exhibición. Falta que pueda adaptarse a la presencia del ser humano, según lo comentado.
Travesía en la captura
Carlos Chávez Hernández, curador de mamíferos del ZooMAT, mencionó que el viaje de ida a la Ciudad de México les llevó unas 13 horas, además de lo que implicó el traslado al Ajusco para mover a los tres animales.
Esos ejemplares, detalló, tenían un comportamiento temeroso, sin embargo, no tuvieron mayores complicaciones para la captura. En el caso de los coyotes, se utilizó la técnica de contención física y con una red fueron atrapados.
Para el puma, relató Alberto Aquino, curador en la Clínica Veterinaria del Zoológico, se usó un sedante; fue una labor complicada, toda vez que no se tenían datos del temperamento, peso o condiciones de ese animal.
“Es un riesgo la administración de un anestésico si no conocemos el estado de salud. Se tuvo que valorar de manera muy somera, pudimos constatar que presentaba una buena condición física, un estado de alerta óptimo”, complementó.
Después de ese análisis, inyectaron la dosis a través de un dardo y pasado 10 minutos el puma quedó dormido. Todo el equipo, desde los fármacos hasta la contención remota, fueron llevados desde Chiapas. Los animales se mantienen aislados, en un sitio de observación.