El Parque Bicentenario se convirtió en el escenario de una celebración llena de música, sonrisas y abrazos, durante el evento ¡Qué vivan las mamás!; organizado por el Ayuntamiento de Tuxtla Gutiérrez con el propósito de honrar a las madres tuxtlecas y fortalecer los lazos familiares a través de la cultura y la convivencia.
Más de 2,000 personas se dieron cita en este espacio público donde se ofreció una tarde inolvidable con marimba en vivo, tamales, aguas frescas, pan tradicional y rifas de más de 300 premios, entre ellos lavadoras, pantallas, refrigeradores, microondas y monederos electrónicos de tiendas departamentales.
Invitado especial
La sorpresa de la tarde, la presencia del cantante José Joel, hijo del legendario José José, fue uno de los momentos más emotivos del evento.
Su participación fue recibida con calidez por el público, en especial por las madres, que corearon canciones con nostalgia y entusiasmo.
El presidente municipal, Ángel Carlos Torres Culebro, expresó su gratitud y admiración hacia todas las madres presentes.
"Todo lo que las mamás hacen es increíble, no quisimos dejar pasar esta fecha para celebrar, de una manera muy pequeña pero muy significativa", afirmó.
Asimismo, recalcó que continúan trabajando por un Tuxtla en donde la familia siempre destaque.
"Este es el Tuxtla que soñamos, seguiremos apostando por la unión familiar. Gracias por todo el amor que siempre dan y todo lo que hacen, disfruten de esto, de este evento porque es para ustedes. ¡Qué Dios las bendiga y qué vivan las mamás!", enfatizó.
Voces
Yolanda Avendaño, madre de tres hijos, asistió acompañada de toda su familia y agradeció al alcalde por pensar en las mamás.
"La verdad que bonito que festejen a las mamás, bailamos, comimos rico y hasta me gané un monedero. Estos momentos con mis hijos no tienen precio. Gracias al Ayuntamiento y al presidente municipal por pensar en nosotras", explicó.
Por otro lado, Rosaura Méndez, abuela de 62 años que llegó desde la colonia Plan de Ayala, reconoció este evento como una oportunidad de conciencia familiar.
"Me encantó la marimba y la comida, pero más que nada ver tantas familias juntas, disfrutando sin gastar un solo peso. Eso vale mucho. Me recordó las fiestas de antes, cuando todo era más sencillo y bonito", externó.