Realizan bajada de Las vírgenes de Copoya

Se realizó la tradicional bajada de “las vírgenes de Copoya” en celebración a la virgen del Rosario, considerada la patrona de la Mayordomía Zoque de Tuxtla Gutiérrez.

Esta procesión comenzó desde la meseta de Copoya y llegó a Terán. Las tres vírgenes conformadas por las Santísimas de Candelaria, Olaechea y Copoyita del Rosario, estuvieron acompañadas de la comunidad zoque en una peregrinación que comenzó desde las 11:30 de la mañana y culminó aproximadamente a la una de la tarde.

Segunda bajada

La promotora cultural, Silvia Vázquez, explicó que dos veces al año bajan las imágenes Santísimas de Copoya, en esta ocasión solo se quedan 10 días en la capital, del 14 al 23 de octubre.

La primera bajada es el 30 de enero, para festejar a la virgen de Candelaria, y sube el día de domingo de Ramos.

El 13 de octubre, resaltó la investigadora, se realizó la floreada a los nuevos priostes de la virgen del Rosario, entre ellas, la joven Victoria, la señora Georgina Córdoba Elizaldi, los señores Antonio de Jesús García Velázquez y Héctor Córdoba,.

Ellos estarán durante 12 meses con el cargo del Niño Salvador del Mundo y custodiando a las vírgenes de Copoya para la bajada de enero, asimismo, dentro de sus responsabilidades se encuentra en subir almuercitos y ver las candelas, la lavada y la planchada de la ropa de las vírgenes.

Misticismo

La cita en la casa de los mayordomos de Copoya fue a las nueve de mañana, músicos de tambor y carrizo, así como danzantes, amenizan el ritual.

Priostes y mayordomos son los que se encargan de vestir y envolver en lienzos de tela a las virgencitas, para después ponerlas en cajas de madera, las cuales envuelven en petates y flores; nos relata el integrante de la cultura zoque, Jesús Gilberto Domínguez Díaz.

Este ritual, subraya, es muy íntimo para la comunidad y suele hacerse a puerta cerrada; no dejan que se tomen videos ni fotografías, y participan únicamente las autoridades más importantes de la comunidad.

Recorrido

Posteriormente, las imágenes comienzan su recorrido, yendo a las espaldas de los dueños de las casas, para luego ir cambiando de cargador a cada determinada distancia. Todo el trayecto es a pie y se realiza en compañía de los feligreses, al son de tamboreros y piteros, quienes vienen interpretando la danza de napapok etzé o la danza de la pluma de guacamaya.