El Ayuntamiento de Tuxtla Gutiérrez, mediante la Secretaría para la Igualdad de las Mujeres (SIM), realizó recorridos en zonas con alta incidencia de violencia de género en la ciudad, como parte del programa “Atención y promoción a la cultura de la denuncia”, una estrategia de brigadas casa por casa para prevenir la violencia y fortalecer la cultura de la denuncia.
Chalecos morados
Se trata de personal con chalecos morados que llaman a las puertas de cientos de hogares, con el objetivo de informar, orientar y acompañar a otras mujeres en riesgo, brindando herramientas para la defensa de una vida libre de violencia.
Esta iniciativa forma parte de una estrategia territorial de la SIM, quien ha intensificado los recorridos en zonas de alta incidencia de violencia de género.
La brigada, liderada por personal del SIM y respaldada por su titular Paulina Lázaro Trujillo, busca identificar casos de violencia contra mujeres, adolescentes y niñas, acercar servicios de atención integral y brindar orientación directa dentro de los propios hogares.
Una estrategia en los márgenes
La acción trata de un trabajo focalizado que se desarrolla con base en un mapa de calor, priorizando colonias donde más se reportan situaciones de violencia familiar o de género.
Este enfoque permite ir más allá de las oficinas y los números, y enfrentar cara a cara los silencios, las resistencias y el miedo que muchas mujeres viven en sus propios espacios cotidianos.
La estrategia también apuesta por reforzar la cultura de la denuncia, entendiendo que muchas víctimas no se acercan a las instituciones, ya sea por desconocimiento, desconfianza o miedo a represalias.
Construir entornos seguros, desde lo local
Por otro lado, la SIM subrayó que el objetivo es construir entornos seguros y dignos para las mujeres, a través del acompañamiento comunitario, la sensibilización directa y la creación de redes de apoyo entre vecinas.
Además, a través de estas acciones, la política pública adquiere rostro humano, y la prevención deja de ser un discurso para convertirse en una práctica que toca la puerta, escucha, entrega información y extiende la mano.