El Noveno Coloquio Internacional sobre Historia, Arquitectura, Escultura, Urbanismo y Costumbres Funerarias que se realizó del 10 al 12 de junio en San Cristóbal de Las Casas, “fue un éxito”, afirmó Ethel Herrera Moreno, presidenta de Amigos Protectores del Panteón de Dolores, coordinadora del Comité Científico de Arquitectura Espacios de Cultura Funeraria del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos-México).
Al clausurar los trabajos que durante tres días se llevaron a cabo en el exconvento de Santo Domingo, señaló que las exposiciones fueron de gran calidad, con amplias investigaciones, algunas en proceso, pero todas con aportaciones que ayudaron al conocimiento de diversos temas sobre la cultura funeraria.
Dijo que durante los trabajos fueron presentadas 22 ponencias divididas en cinco mesas.
En el último día de actividades, Francisco López Barajas, director del Museo Panteón de San Fernando, de la Ciudad de México, contó un dato curioso, pues Benito Juárez fue enterrado en ese cementerio que él mismo había ordenado que se cerrara años atrás.
“Benito Juárez murió en funciones siendo presidente de la República en 1872, cuando el panteón de San Fernando ya estaba cerrado por órdenes suyas. Lo curioso es que Margarita Maza de Juárez, su esposa, muere un año antes, en 1871, y fue depositada en ese panteón, además de que ya estaban depositados dos de sus hijos pequeños que ya habían fallecido”, expresó.
En entrevista, comentó que “como la última voluntad de Benito Juárez fue ser enterrado donde estuviera su familia, llegó a San Fernando. Pero no llegó directamente al mausoleo que ya todos conocemos, sino que primero llegó a una gaveta, un nicho y luego fue depositado en el monumento que se le mandó a hacer en 1873 por el entonces presidente Sebastián Lerdo de Tejada”.