La ciudad de Teopisca vive una de las tradiciones más bellas en el municipio, como es el recorrido de los Negros. Una costumbre ancestral que sigue viva con las nuevas generaciones.
Durante el trayecto, el disfraz de los tamales fue uno de los que recibió reconocimiento durante el recorrido que organizó el grupo Amigos de Teopisca. Ya que es una tradición la venta de este alimento los domingos.
Los disfraces que llamaron la atención de las personas y el jurado calificador, fueron elaborados con una buena porción de hojas de maíz y plátano, ingredientes con los que son elaborados los tamales.
Son atractivos personajes, en su mayoría hombres vestidos de mujer, que recorren las calles del 19 al 24 de este mes, bailando al ritmo de las notas musicales de los grupo de bandas locales.
Historia
Bonifacio Mondragón Esquivel, uno de los organizadores de esta tradición explicó que los Negros son personajes que recorren por las noches las dos avenidas de Teopisca, en vísperas de la celebración de la imagen milagrosa.
Las características de estos grupos son su colorido y la alegría que manifiestan durante su recorrido, además de la gran variedad de caracterizaciones.
Narró que sus antepasados se ponían una bata color negro y en la cabeza un cono elaborado con cartón, con tres agujeros para los ojos y la boca o se pintaban los rostros con manteca y hollín.
Se disfrazaban e integraban grupos para danzar todos los días en la novena de la virgen, en las esquinas de las calles, para ello se colocaban luminarias elaboradas con ocote (hachones), ante la falta de luz eléctrica.
El grupo bailaba al compás del tambor y pito (flauta); en la escena no podía faltar el “diablo” (el mal), personaje que portaba una cadena en las manos, que azotaba sobre el piso para que la gente guardara su distancia y de esta manera los disfrazados pudieran danzar. Personaje que hoy día poco se ve.
Es una bella tradición que está siendo fortalecida actualmente por los jóvenes, quienes se disfrazan y portan cadenas como lo hacían sus antepasados.
Esta es solo una de las tradiciones que aún conserva la ciudad de Teopisca, cuyo nombre significa “Dios de la cosecha” (Teo (Dios) pisque (cosecha), en lengua tseltal.